El ministro Opertti insiste con que las denuncias publicadas en LA REPUBLICA son falsas

Los "ñoquis" en la Cancillería buscan no quedar bajo la lupa el 1º de marzo

El canciller saliente insiste en que las denuncias contra su gestión infestando de «ñoquis» a la Cancillería, publicadas en LA REPUBLICA, son falsas. Debe tener razón, hasta tanto la Justicia diga lo contrario, después que el nuevo gobierno instruya los procedimientos correspondientes.

Hasta tanto eso ocurra no queda más que comentar para los lectores, las curiosas entelequias que benefician a buena parte de los foristas ingresados sin concurso ni mérito alguno al Ministerio de Relaciones Exteriores, durante la gestión de Didier Opertti.

Uno de los puntos más candentes que deberá evaluar cuando asuma el equipo de Reinaldo Gargano será el de quienes continúan cobrando por cargos que ya no ocupan, como si estuvieran realmente en el exterior. Peor aún, varios de los citados, aparecen con graves irregularidades administrativas, tanto en Uruguay, como denunciados por los gobiernos ante los que cumplieron funciones. Obviamente, la indagatoria pormenorizada de cada accionar, así como de los montos, recién será posible con la futura administración, en tanto hoy, están cerrados a cal y canto, los canales de información que jamás admitió, pero tampoco logró desmentir, el entramado forista en el poder del Servicio Exterior uruguayo.

Al menos, sería interesante que ahora la Cancillería explicara por qué, cuánto y en razón de cuales funciones, perciben sus haberes, en la mayoría de los casos, sin ni siquiera asistir a cobrar al Palacio Santos, las personas a continuación citadas.

Marcial Birriel Iglesias. Tiene cargo de ministro consejero; fue embajador en el Líbano, y actualmente continúa cobrando por funciones desconocidas desde hace dos años, según consta en las liquidaciones mensuales del Ministerio.

Néstor Albareda Canessa. De los mayores beneficiados por la Cancillería, el hermano mayor de la ex primera dama, Martha Canessa de Sanguinetti, supera cualquier comentario. De su primera misión diplomática, debió ser adscripto por grave inconducta, pese a lo cual siguió cobrando en dólares en Uruguay. Aunque carga con varios sumarios, fue igualmente nombrado cónsul en Irán. Vivía en un hotel de Pocitos, (mientras era cónsul) y cobraba como si estuviera en Teherán efectivamente. Dos años sin funciones, no son óbice para que continúe cobrando. Su nombramiento como canciller en el Consulado de Malasia, sería la última herencia que Batlle-Opertti, dejarían al futuro canciller.

Jorge Delisanti Arismendi, ministro consejero. Otro ejemplo: desde hace tres años, cobra por haber sido embajador en Egipto, aún cuando no sólo, ya no lo es, sino que fue el propio gobierno de El Cairo, que pidió a Uruguay su adscripción por «graves irregularidades». El detalle del sumario es inubicable, en tanto fue «congelado» hace dos años y nadie adopta decisión, evitando «congelarle» los haberes.

Fernando Gómez Fyns; encabeza la tanda de «asesores abogados clase A», un engendro de la dictadura que habilitó a quienes no tuvieran carrera diplomática, a obtener sin más ni más cargos en el servicio exterior, al más alto nivel. Fue cónsul general en Hong Kong; desde hace 2 años cobra por ello aún cuando está en Montevideo sin nombramiento alguno.

Juan Lourido Passarella. Otro «asesor clase A», con varios sumarios en su haber; a principio de los años 90´ fue designado cónsul en Belho Horizonte, volvió a Montevideo y durante cinco años cobró sin ejercicio alguno. En octubre último fue nombrado cónsul en Malasia, dentro de una tanda de 14 nombramientos irregulares, concretados a semanas de la elección nacional.

Fructuoso Pitaluga Fonseca, ministro. Ex embajador en Austria, siguió cobrando durante un año sin función alguna a su retorno. Incorporado al Servicio Exterior por la Ley de Presupuesto de 1995, junto a otros cuatro amigos del Foro, ninguno debió dar concurso alguno. Sus nombramientos han sido observados incluso por la Dirección de Asuntos Jurídicos del M.RR.EE. en tanto su incorporación fue inconstitucional, al no ser iniciativa del Poder Ejecutivo, sino aditivo legislativo.

Alicia Platas Menza. Otra de las carreras fulminantes en el servicio exterior, es hija del embajador Platas de la dictadura, quien aún ostenta el mayor escritorio del sexto piso de la Cancillería después del ministerial, pero carece de cargo.

Alicia, fue adscripta de anteriores destinos en el servicio exterior por graves inconductas. Durante cinco años cobró sin tener cargo, pero ahora está designada en Bruselas, donde ostenta un cargo que legalmente no está en condiciones de ejercer.

Jorge Silva Cencio. Otro «asesor clase A». Embajador ante El Vaticano, hace ya 9 años que cobra sin prestar funciones, ni asistir a lugar de trabajo confirmable alguno en la Cancillería.

Italo Sordo Alonzo. Ex cónsul general en San Pablo, desde hace 8 años se beneficia con un salario imposible de justificar.

Adscripto del cargo que ocupaba por «gravísimas» irregularidades, (incluido un faltante de caja oscilante en los 100.000 dólares) su destitución fue pedida incluso al Parlamento: los votos juntos de blancos y colorados, evitaron su destitución.

Carlos Villar Rivero; fue embajador en Guatemala, y desde hace un año cobra sin asistir al Ministerio ni cumplir funciones confirmables.

Augusto Wild Aycaguer, continúa cobrando desde hace 8 años en su rango escalafonario de ministro consejero (sin funciones), como si fuera todavía el embajador en Israel, cargo del que cesó en 1996.

Cabe dejar constancia que desde el 31 de octubre último, la mayoría de los citados, todos pertenecientes a los partidos políticos tradicionales, están haciendo contactos urgentes a efectos de que les sea asignada alguna tarea concreta en el Ministerio, con lo que eventualmente eludir las investigaciones que surjan a partir del 1º de marzo de 2005. *

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