cuestionable

Astillero español escogido por la Armada uruguaya no tiene experiencia haciendo barcos OPV

Cardama fue escogido para fabricar dos barcos para operaciones de patrullaje y vigilancia (OPV), pero no tiene experiencia previa en ello.

Imagen 3D de los buques que serán comprados a Astilleros Cardama.
Imagen 3D de los buques que serán comprados a Astilleros Cardama.

La decisión del gobierno de Luis Lacalle Pou de seleccionar el astillero gallego Cardama para la construcción de dos buques OPV nuevos ha generado dudas y críticas en el ámbito político y naval de Uruguay. Esta medida, con un costo estimado de US$92 millones, es promovido por el gobierno como un paso crucial hacia la modernización de la flota de la Armada, pero no ha estado exenta de objeciones.

En 2021, se inició un proceso de compra que fue declarado desierto en enero de 2023 debido a las ofertas que excedieron significativamente los montos autorizados por el equipo económico del gobierno. En medio de este contexto, en la última licitación, el astillero gallego Cardama emerge como la opción seleccionada para llevar a cabo la construcción de los dos buques para operaciones de patrullaje y vigilancia (OPV) nuevos.

Cuestionamientos al astillero Cardama por su ausencia de experiencia

La empresa española fue fundada en 1916 por Francisco Cardama, y tiene su sede en Vigo. Actualmente se mantiene como una empresa familiar porque está al frente Mario Barrientos Cardama, descendiente del fundador.

Aunque tiene más de cien años de trayectoria en la construcción de barcos, nunca ha construido buques del tipo OPV, algo que era considerado como un requisito insoslayable para el jefe del Estado Mayor de la Armada, Gustavo Musso, en un informe elevado al comandante en jefe, Jorge Wilson.

“Es imprescindible garantizar que la plataforma seleccionada se base en el proyecto de un casco probado (mínimo uno) construido y en operación, de manera de no aceptar un prototipo, ya que no es esperable una segunda oportunidad en esta adquisición en caso de errores”, escribió a fines de mayo en el documento.

“Modificar las líneas o formas, potencialmente podría derivar en fallas recurrentes una vez fuera de garantía, tal como sucediera, por ejemplo, con los timones de los tres guardacostas clase Vigilante, prototipos construidos en Francia para Uruguay”, alertó el jerarca militar.

A pesar de esas advertencias y requerimientos, la comisión asesora dio visto bueno a Cardama. Dicha comisión estaba integrada por el subsecretario de Defensa, Rivera Elgue, el director general de Secretaría, Fabián Martínez, el director de Recursos Financieros, Damian Galó, el contralmirante Héctor Magliocca y el asesor del comandante, el capitán de navío Marcelo da Silva. Estuvieron de acuerdo en que la ausencia de experiencia de la empresa no era excluyente.

 

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