DESIGUALDAD

Mujica advierte que la concentración excesiva de riqueza es un “fermento antidemocrático”

El presidente José Mujica dijo que la concentración excesiva de riqueza es un “fermento antidemocrático, no solo por las consecuencias sociales que tiene, sino por las políticas en el largo plazo, porque sustituye a la democracia por una plutocracia”. Asimismo, comentó que si a alguien le descuentan 40.000 pesos por mes por IRPF, es porque tiene un sueldo importantísimo y, por tal, más que quejarse tendría que festejar porque a la inmensa faja del pueblo uruguayo no se le descuenta nada porque no llega al mínimo imponible.

El Estado “no puede ser neutral, aunque tampoco puede ser abusador”, expresó Mujica.

Mujica se refirió este martes en su audición semanal de radio Uruguay, a la desigual distribución del ingreso y la concentración de la riqueza en pocas manos.

En ese marco, dijo que si Bill Gates quisiera gastar su riqueza a razón de un millón de dólares por día, se analiza que precisaría “alrededor de 220 millones de años para liquidar lo que posee en la actualidad”.

Agregó que “aun con bajísima tasa de retorno por la masa de dinero que tiene, a 2% anual de interés, tendría 4 millones y pico de dólares por día de ganancia, sin que haga nada para ello”.

“La desigualdad económica extrema está disparada en el mundo, en los últimos 30 años, y es uno de los mayores problemas económicos, sociales y políticos que afronta la humanidad. Se trata de una desigualdad social ofensiva y escandalosa”, comentó el mandatario.

Advirtió que la concentración excesiva de riqueza es un fermento “antidemocrático, no solo por las consecuencias sociales que tiene, sino por las políticas en el largo plazo, porque sustituye a la democracia por una plutocracia”.

En tal sentido, Mujica dijo que los hechos demuestran que, cuando la desigualdad económica es extrema, el crecimiento de los países “no es duradero y se va debilitando por la caída interna del mercado y por las consecuencias sociales que tiene la desigualdad”.

“No quiere decir que el mercado no sea importante, sino que la política tiene que establecer prioridades y empujes redistributivos que aseguren estabilidad creciente a la marcha de la economía”, remarcó el jefe de Estado.

Todo ello es una marcada consecuencia del “fundamentalismo de mercado”, el cual “nunca puede prestar atención a la distribución de los ingresos ni a la idea de una sociedad más justa, porque si bien los hombres adentro llevamos un ángel de la competencia también llevamos un ángel que tiene ansias de mayor equidad, y justicia”.

Arrancar a la gente de la pobreza

Mujica dijo que el proceso de “arrancar a la gente de la pobreza crónica no se arregla de la noche a la mañana con una acción voluntarista, sino que es un largo proceso de rescate y culminará cuando la generación que le sigue tenga claves de instrucciones culturales muy distintas a las de sus progenitores”.

En ese marco, se refirió a los planes sociales que aplicó el primer gobierno del Frente Amplio conducido por Tabaré Vázquez.

Como consecuencia de un conjunto de políticas tanto fiscales (que pague más el que tiene más), como sociales o políticas (como la reinstalación de los Consejos de Salarios), “el aumento de la redistribución en Uruguay hizo aminorar y frenar la tendencia a la desigualdad”.

“Ayer nomás sentíamos la discusión de por qué una franja de jubilados de altos ingresos, que es el 18% de la masa total de retirados, paga ‘un algo’”, recordó.

Al tiempo, agregó que si tal porcentaje de pasivos paga “un algo”, es porque con ello contribuye a “atemperar ciertas prestaciones sociales de los pensiones y jubilados más pobres”.

Lo mismo pasa con el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas. “Si me descuentan 40.000 pesos por mes es porque tengo un sueldo importantísimo y, por tal, más que quejarme tendría que festejar si se compara con esa inmensa faja del pueblo uruguayo a la que no le descuentan nada porque no llega al mínimo imponible”, dijo.

Por ello, expresó que el Estado “no puede ser neutral, aunque tampoco puede ser abusador”.

“Si el Estado no tiene una actitud activa que obligue a la redistribución parcial de la riqueza, la masa de ciudadanos postergados y pobres que van quedando es cada vez más grande y lo peor, tiende a repercutir en el todo de la sociedad”, comentó el mandatario.

Desigualdad y proliferación del delito

Asimismo, Mujica expresó que hay una “enorme relación entre desigualdad extrema y baja movilidad social”.

También remarcó que además “hay una relación directa entre desigualdad y proliferación del delito”.  En tal sentido, dijo que “de las 50 ciudades más inseguras del mundo, casi 40 son de América Latina, donde hubo en la última década cerca de un millón de asesinatos”.

Asimismo, remarcó que sobran pruebas que demuestran que “la desigualdad económica está vinculada a un conjunto de problemas sociales y sanitarios, como las enfermedades mentales, los delitos violentos, y esto acontece en países ricos y pobres y repercute en todas las personas, incluso en los de mayores ingresos”.

“Se nos puede achacar la lucha por un Estado de bienestar, no lo negamos. Pero a la larga uno de los signos inequívocos que debe presentar una mejor convivencia y la mejor sociedad es que esta sea generosa en el reparto para sus hijos”, sentenció Mujica.

Aclaró que una cosa es el “esfuerzo gravitante de carácter personal y calificado, y otra la multiplicación de la acumulación de riqueza, que termina influyendo directa o indirectamente en las decisiones de poder”.

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