La "Chiquita" de su vida

Falleció Lilí Lerena, viuda del General del Pueblo Líber Seregni

En el balcón de su vivienda, al salir Seregni de prisión

Falleció Lilí Lerena de Seregni en la tarde del viernes 17 de agosto, a los 96 años.

Lilí Lerena nació el 29 de diciembre en Sarandí Grande, Departamento de Florida. Se casó con el General Líber Seregni en 1941. Tuvo dos hijas: Bethel y Giselle, y dos nietas.

El velatorio en la empresa Martinelli, al que asistirá el presidente José Mujica, se extenderá hasta  las 13:00 horas del sábado, cuando el cortejo fúnebre parta hacia el Parque Martinelli de Carrasco.

Se reproducen a continuación las palabras de Alfredo Asti pronunciadas en la Cámara de Diputados  el 6 de abril de 2011

Homenaje a Lili Lerena de Seregni en el Parlamento Nacional.

«Corrían los años 30, el fascismo conmovía la sensibilidad de los uruguayos, y se desataba en España la guerra civil. El ejército uruguayo, y sobre todo los oficiales jóvenes, veían con rechazo a Franco porque entendían sus acciones como una agresión a la Republica, era una violación de la constitución y de la voluntad popular.

En el verano del 37 el ejército envía a Seregni de Flores a Durazno en comisión para representar a la unidad en la inauguración de la exposición agropecuaria y es ahí donde Seregni conoce a quien sería la compañera de toda su vida.  Ella provenía de Sarandí Grande y era hija de Mauro Lerena, blanco que había peleado en la batalla más sangrienta de nuestra guerra civil, Tupambaé. Su madre era más dura aun, blanca, herrerista, intransigente en materia política y por lo tanto (en un principio) no veía con buenos ojos a un Seregni identificado con el Partido Colorado.

En ese momento Seregni busca una excusa para acercarse y hablar, era el comienzo de una relación que duraría más de 60 años hasta el fin de sus días. Se escribirán durante un tiempo y se volverán a encontrar en Montevideo para formalizar el noviazgo y casarse en el año 41.

No corresponde repetir como dice la recurrida y discriminatoria frase, ¨Detrás de un gran hombre hay una gran mujer¨ sino parafraseando a Benedetti podríamos hacer una formulación mucho más adecuada en este caso, “al lado de un gran hombre hay una gran mujer y … viceversa”. Esa compañera de la vida, madre abnegada de las 2 hijas del matrimonio que debió afrontar muchas veces sola las vicisitudes familiares, ya que, como diría Seregni ¨La familia siempre debió constreñirse a mis actividades” fue acompañando al General en su trayectoria ascendente primero en el Ejercito y luego en la Política Nacional.

Ella sabía lo que le espera, la euforia que viven los frenteamplistas en el año 71 es directamente proporcional al temor que sienten los sectores más conservadores y con ello se suceden las amenazas de muerte, las llamadas anónimas, la violencia sicológica y las falsas noticias que persiguen a la familia.
La familia paterna de esta admirable mujer también sufrió directamente la violencia de aquellos años y tuvo su pérdida irreparable hoy recordada en el nombre del comité de la Coordinadora L del F.A. de quien fuera Pedro Lerena militante muerto por torturas en 1975.

Ya en el año ’82, con valentía propia de su estirpe, viajó a México y a Centroamérica para explicar y defender la propuesta de Seregni de votar en blanco en las elecciones internas de los partidos políticos. El Frente Amplio estaba proscripto y votar de esa manera permitía al FA marcar presencia y flamear ante todas las adversidades la bandera de Otorgués. En el exterior se decía que la carta de Seregni era falsa y que él estaba afectado por el encierro y eso no le permitía desarrollar una estrategia correcta. Los compañeros militares exiliados en México cumplen un rol fundamental, se presentan en el Comité coordinador del FA en el Exilio con fotocopias de la carta de Seregni, defienden la autenticidad de la misma y la postura del General.

Invitada por madame Danielle Mitterrand, se presenta en Paris y Madrid donde hace una férrea defensa de la opción planteada por Seregni. A su regreso entrega una carta de Arismendi a Seregni, finalmente el Partido Comunista se sumaría a la postura planteada del voto en blanco. Más tarde  Seregni calificaría esta misión como histórica.

Recuerdo que la conocí personalmente junto al General en el verano del 88 en la Floresta y a partir de allí, y hasta el día de hoy, siempre tuvimos un trato cariñoso y familiar que va mucho más allá de la relación de militantes. Nunca olvidaré la extraordinaria lección de amor que sobre ellos (hablando de su “chiquita”)  nos diera el general en el festejo retrasado de su 80° cumpleaños también en la Floresta.

Luego de la partida sólo física de Seregni, (como siempre antes y ahora, ella lo llama), su compañera ha estado presente físicamente (o en el peor de los casos con saludos escritos) en todos los actos políticos significativos en que el General hubiese querido estar. El último que compartimos, el mes pasado, el del 40° aniversario del primer acto de masas del F.A. el 26 de marzo del 71.

Sin duda podemos calificar a esta MUJER con mayúscula, como un gran ser humano, con la integridad y la firmeza de las personas que dejen una huella en la historia. Sin duda fue el apoyo anímico y espiritual que tuvo el General, pero también fue militante activa en las horas difíciles, lo que quedó plenamente demostrado en el documental “La mañana siguiente” con su vitalidad de sus más de 90 años.

Seguramente el pueblo uruguayo y este Parlamento deberá próximamente brindarle un merecido homenaje institucional, pero hoy, y con la sencillez que sabemos que la caracteriza, simplemente queremos homenajear en estas breves palabras, en su figura, a las mujeres luchadoras de la vida, de las que es un ejemplo ineludible y por eso solo le decimos: ¡¡¡MUCHAS GRACIAS LILÍ !!!».

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