Una cárcel llamada "Libertad"

Célebre pianista Estrella vuelve 32 años después a la cárcel uruguaya donde padeció prisión y tortura

Miguel Ángel Estrella

«Cuando estaba preso nunca se me habría ocurrido volver a la cárcel de ‘Libertad’ tantos años después, pero unos compañeros me decían ¿mira ‘chango’ si alguna vez cuando ganemos venís a este lugar a hacer música?, en ese momento era impensable», relató Estrella, de 71 años, a la AFP.

Aunque parezca un contrasentido, en Uruguay hay una cárcel que se llama «Libertad».

Una carpa colocada a la entrada del Centro de Rehabilitación Libertad (50 km al oeste de Montevideo) fue el lugar donde el pianista junto a su agrupación «Cuarteto Dos Mundos» ofreció un concierto ante 55 presos y autoridades, con un variado repertorio en el que tangos y malambos se dieron la mano con el clásico sonar de su piano.

A su llegada al penal, el músico contó que en el camino le surgió la curiosidad de ver «como era la entrada» del lugar donde durante unos 27 meses entre 1978 y 1980 sufrió despiadadas torturas junto a otros detenidos de la dictadura uruguaya, ya que había entrado «vendado».

Este hombre nacido en Tucumán hace 72 años fue apresado por agentes de la dictadura en 1977, luego de que un año antes huyera de su país.

La naturalidad con que evoca sus recuerdos no oculta la atroz realidad que vivió en el penal de «Libertad», que hoy recluye a más de 1.300 presos.

Las largas horas de torturas que vivió Estrella, en la que militares una y otra vez le prometían que iban a cortar sus manos, o cruelmente le entregaban un piano sin sonido, fueron resistidas con «fe» por el artista.

En una de las sesiones de tortura «sentí la voz de mi mujer ya fallecida que me decía: ‘sos miles amor, tenés miles detrás’,» evocó.

Esa visión tenía mucho que ver con la realidad que se gestaba fuera de los muros de «Libertad»: una campaña internacional llevada adelante por entidades de Derechos Humanos y la fuerte movilización de sus colegas en todo el mundo logró su liberación en 1980, algo que el pianista recalca con emoción.

Poco después de salir libre, Estrella, embajador de Argentina ante la UNESCO, fundó la Organización No Gubernamental «Música Esperanza», con la que ofrece conciertos en lugares como cárceles y barrios desfavorecidos alrededor del mundo.

«Hoy no siento un estado de animo especial», comentó el argentino en alusión a la asiduidad con la que realiza este tipo de actos.

Sin embargo, reconoció que la cárcel de «Libertad» «hoy es un símbolo porque somos miles que hemos pasado por acá y hay un presidente» que estuvo allí recluido, en alusión al mandatario uruguayo, José Mujica, un exguerrillero del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), que sufrió 14 años de encierro en distintos lugares del país.

«Pepe Mujica estuvo acá, yo alguna vez lo vi, él estaba en el segundo piso, yo en el primero, pero no podíamos saludarnos ni nada», acotó.

Antes de iniciar su repertorio, Estrella se acercó a la fila de sillas donde estaban los reclusos y les dijo: «tenía muchas ganas de tocar para ustedes».

Preguntó a su auditorio de reos cómo «la llevan», a lo que algunos tímidamente respondieron «como podemos».

Para un preso que prefirió no identificarse, la visita de Estrella «esta buena, porque te saca del ambiente carcelario y la cosa es que él sabe lo que es estar encerrado, por lo menos algo nos entiende».

Además de los reclusos, el acto contó con la presencia del ministro del Interior, Eduardo Bonomi, un extupamaro que también estuvo recluido en «Libertad» durante la dictadura, así como representantes de la entidad humanitaria argentina Madres de Plaza de Mayo y de la Asociación de ex presos políticos de Uruguay (Crysol).

Para Vera Vigevani, de Madres de Plaza de Mayo, es «un momento muy emocionante» y remarcó que las «vivencias muy trágicas, muy terribles» que vivió Estrella no le impidieron retornar a esta cárcel para que los presos tengan a través de la música «un rato de libertad».

Libertad que también consiguió el artista cuando finalizó su calvario y que queda de manifiesto cuando, con firmeza, asume su pasado «igual al de miles de sudamericanos» y al reconocer que pudo salir del penal de «Libertad» «sin odio», lo que lo llevó a recuperar la «alegría para poder seguir tocando».

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje