Nueva era en el Ejército

General Aguerre: «No olvidar» el pasado y «mirar hacia adelante»

En una conferencia de prensa realizada al término de la ceremonia de asunción, el comandante Pedro Aguerre dijo que sintió «tristeza y dolor» al enterarse de que habían aparecido restos humanos en el Batallón 14 que corresponderían a un detenido-desaparecido. Aseguró que si tenía «alguna información» de la dictadura la daría a conocer de inmediato al gobierno, subrayando su «absoluta confianza y respeto» en la Justicia y su condición de «republicano».

LUIS CASAL BECK (Lcb.mvd@gmail.com)
«Comprendo el dolor de los familiares», afirmó. Sobre el hallazgo en el Batallón Nº 14 dijo que «debemos manejarlo con el respeto que nos gustaría que lo manejaran si fuera familiar nuestro. Siento dolor. Siento tristeza. Siento que debemos mirar hacia adelante. No olvidarnos». Aguerre sostuvo que «son los productos de nuestras experiencias, me parece importante» y afirmó que «la información que tenga es información que voy a dar… porque si yo tuviera un desaparecido sería el primero también en buscar una respuesta. Si yo tengo información que entiendo que sirve para pacificar a nuestro país, y que sirva para que ustedes sientan que el Ejército es parte de ustedes también, yo la voy a compartir». Dijo que tiene «ganas de hacer y aportar», que le va a presentar ideas a sus mandos superiores. Que tendría «abiertas las puertas de su despacho». Además se comprometió a ayudar al sector más sumergido de su fuerza. Inquirido acerca de si pensaba que el Ejército debía pedir perdón por los hechos que protagonizó en el pasado, Aguerre no descartó esa posibilidad, señalando que ese pasado común de la sociedad uruguaya estuvo signado por los desencuentros, y lo que procurará es avanzar por «los caminos de la paz», sabiendo que «no somos dueños de la verdad; esta debe construirse». «Yo lo que quiero es tener un país en paz, un país pacificado. Un país en el que ustedes se sientan orgullosos de su Ejército. Que muchos no lo sienten. Y tienen razón. Cambiémoslo. Ayúdenme. Tengo voluntad de trabajo», sostuvo.

Interrogado sobre los problemas más acuciantes de la coyuntura, el flamante titular del Ejército dijo que ocho mil de los 15 mil integrantes de esa rama castrense se encuentran hoy bajo el nivel de pobreza, lo que constituye un gran desafío.

«Vivir en tolerancia»

En el acto de investidura como comandante del Ejército, Aguerre rompió con la tradición de leer el discurso de inicio de gestión. En un mensaje de 8 minutos, tuvo palabras de «agradecimiento» en primer lugar para «mi familia, donde aprendí que es más importante la palabra empeñada que la palabra escrita, y lo que es la tolerancia», señaló. A escasa distancia, entre los invitados, se encontraba su padre, el coronel Pedro Aguerre, de 84 años, que estuvo preso durante la dictadura (1973-1985) por defender las instituciones democráticas.

En la breve ceremonia encabezada por el presidente José Mujica, y en la que se hicieron presentes, entre otras autoridades civiles y militares, el Vicepresidente Danilo Astori y el titular de la cartera de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, Aguerre evocó la educación en valores («de vivir en armonía y en tolerancia») que recibió en la escuela y en el liceo públicos a los que concurrió, tanto en Tacuarembó, donde nació hace 58 años, como en Montevideo.

Señaló que el Ejército, en cuyas filas hizo toda su carrera a lo largo de casi cuatro décadas hasta llegar al grado de general, «es una institución de honor», que ha cometido «errores como todos», y que se trata de «15 mil eslabones, unidos». Poco antes, Fernández Huidobro le entregó los símbolos del mando. A partir de ese momento Aguerre pasó a ser comandante en jefe de la institución, con el grado de general de Ejército.

En el inicio del acto el comandante saliente, general Jorge Rosales, que condujo a esta rama militar en los últimos cinco años, leyó su mensaje final, en el que hizo un balance primario del período. «La tarea no fue sencilla, quedaron muchos problemas sin resolver», dijo. Subrayó como un hecho positivo de su etapa «la mecanización alcanzada en la fuerza», la capacitación e instrucción de su personal; la forma en que ha desempeñado las misiones asignadas en el exterior, lo que ha convertido al Ejército uruguayo «en referente en el mundo», por parte de Naciones Unidas.

Rosales dijo que habían sido resueltos en esos cinco años los problemas de equipamiento.

En referencia a los «hechos del pasado», dijo que «afectan moralmente a la fuerza» y convierten a sus miembros en «rehenes de hechos lamentables ocurridos hace 30 años». En los últimos años, la Justicia penal ha procesado con prisión a varios oficiales del Ejército por violaciones a los derechos humanos en la etapa autoritaria.

Rosales manifestó asimismo su desazón porque «el Ejército es sometido a una falta de valorización permanente» y es blanco de «agravios y condenas públicas».

JEFES DE ARGENTINA Y BRASIL PRESENTES

* En la ceremonia cumplida ayer en el Comando del Ejército se hicieron presentes los titulares de los ejércitos de Argentina y de Brasil, con los que existen en el presente fluidas relaciones que se han materializado en distintas maniobras conjuntas y en el cotidiano relacionamiento en las operaciones de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas.

Por Argentina estuvo presente el teniente general Alberto Pozzi, que es Jefe del Estado Mayor del Ejército; y por Brasil, el general Enzo Martins Peri, comandante general del Ejército.

Brasil tiene actualmente un Ejército de 330 mil hombres. En Argentina, que elimino el servicio militar obligatorio y tiene un Ejército profesional, sus efectivos llegan a los 78 mil.

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