¿Es en serio el avión el transporte más seguro del mundo?

Todo el tiempo -y especialmente después de un accidente aéreo- escuchamos la insistente reafirmación de que el avión es el medio de transporte más seguro del mundo. Pero, si esto es cierto, ¿cuál es entonces el más peligroso? ¿El auto, el ómnibus, el tren?

Pues esto es lo que dicen las estadísticas. 

En un estudio, publicado por CNN Money, tomó en cuenta el número de personas que fallecen a bordo de un medio de transporte, dentro de Estados Unidos, por cada 1.600 millones de kilómetros recorridos.

Los datos arrojaron que la tasa de fatalidad en aviones es, en efecto, al más baja de todas: 0.06 muertos por cada 1.000 millones de pasajeros. En el otro extremo está la motocicleta, con 217 muertes por cada 1.000 millones de viajantes.

Bastante más abajo en números, pero en el segundo lugar de la lista, está el automóvil: 5.75 de cada 1.000 millones de pasajeros fallecen en siniestros de tránsito. Solamente en Estados Unidos, más de 22.000 personas murieron en coches o camiones entre 2009 y 2013.

Después está el tren, 0.47 fallecidos; el metro o subte con 0.24 fallecidos, y el ómnibus con 0.14 fallecidos por cada 1.000 millones de pasajeros. En el caso de este último medio de transporte, los buses de transporte de escolares ayudan a bajar la cifra, pues suelen estar regulados en todo EE.UU., pintados de un visible amarillo, contar con cinturones de seguridad para todos los pasajeros y deben circular a bajas velocidades.

Ojo al andar a pié

Al interpretar estas cifras, solamente queda extrapolar los datos con el andar a pie: solamente 600 peatones y ciclistas mueren al año en Estados Unidos, ya sea por accidentes propios o en colisión con otros medios de transporte. más de la mitad son atropellados por camiones y autos,según una investigación de 2013, publicada en Research in Transportation Economics. En total, las muertes de peatones y ciclistas representan casi el 15% de los decesos anuales en carretera.

Muy a pesar del riesgo, tu corazón, tu cuerpo y tu cerebro te podrían agradecer pedalear algunos kilómetros al día.