El contralmirante Carlos Molina Tamayo es el tercer oficial que se rebela

Otro militar se alzó exigiendo la renuncia de Hugo Chávez

«Hago un llamado a las Fuerzas Armadas nacionales y al pueblo a que manifieste públicamente su rechazo a la posición antipatriótica de Hugo Chávez y soliciten su renuncia», dijo el contralmirante.

Molina es el tercer oficial activo de las Fuerzas Armadas y el de más alta graduación que en las últimas dos semanas se rebela contra Chávez.

El contralmirante se presentó ante los periodistas en su uniforme de gala militar blanco, leyó su currículum y subrayó que, durante el gobierno de Chávez, se desempeñó antes como director de armamento de las Fuerzas Armadas y secretario permanente del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional. Actualmente es el embajador designado en Grecia.

El oficial insistió en que «es imprescindible solicitar de todos los sectores de la sociedad que se unan a esta gesta de recuperación de la libertad y dignidad nacional que exige el establecimiento de un verdadero sistema democrático».

Afirmó que si Chávez no renuncia, el Tribunal Supremo de Justicia debe «proceder a un enjuciamiento del presidente so pena de hacerse cómplice».

Los pronunciamientos de militares contra Chávez comenzaron el 7 de febrero con el pedido de renuncia del mandatario lanzado por el coronel de la Fuerza Aérea Pedro Soto, al que se unió el capitán de la militarizada Guardia nacional (GN), Pedro Flores. Ambos encabezaron luego manifestaciones opositoras.

Molina Tamayo se prepara para seguir los pasos de Soto al frente de nuevas protestas contra Chávez en la Plaza Altamira, este caraqueño, al atardecer, anunció el abogado y coronel retirado Silvino Bustillos.

El oficial acusó al TSJ, a la Asamblea Nacional, a la Fiscalía general, a la defensoría del pueblo, a la contraloría y al poder electoral de «actitud complaciente» y violentar «los principios constitucionales».

Igualmente rechazó el «sostenido deterioro de las relaciones internacionales con nuestros aliados tradicionales a cambio de buscar vínculos con gobiernos no democráticos», así como «la comprobada y peligrosa relación entre el presidente Chávez y algunos de sus ministros con la guerrilla terrorista colombiana».

En materia económica rechazó la corrupcion, el desequilibrio fiscal, la creación de nuevos impuestos, la ineficiencia administrativa y pidió la revocatoria del paquete de 49 leyes, aprobadas el 13 de noviembre de 2001 y que detonaron un paro cívico convocado por los empresarios el pasado 10 de diciembre.

Criticó el «constante enfrentamiento en contra de todos los sectores de la sociedad venezolana con la intención de destruirlos e instaurar una tiranía de extrema izquierda». Rechazó la «reiterada acción del presidente Chávez para debilitar la capacidad operativa de la fuerza armada nacional, mermando su moral al tratar de ponerla al servicio de su partido, de intereses políticos, e intentando conformar milicias al estilo cubano». «Venezolanos, por Venezuela, su futuro y el bienestar de nuestros hijos debemos todos como una sola voluntad exigir la renuncia inmediata del presidente Chávez, su tren (gabinete) ejecutivo y seguidamente proceder a lo pautado en la Constitución para, de esta forma, evitar una confrontación civil, instigada desde el Ejecutivo». «Vamos todos juntos a exigir la renuncia de quien no supo unir a los venezolanos, sembrando la división, el resentimiento y profundizando el empobrecimiento del país».

Molina dijo no temer «en absoluto» represalias de parte del gobierno tras sus declaraciones que justificó como un derecho a opinar que le otorga la nueva Constitución.

No obstante dijo que puede organizarse una campaña de desprestigio a su persona. *

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