La perra Laika fue al espacio hace 50 años

La perra «Laika», enviada al espacio a bordo de una cápsula soviética el 3 de noviembre de 1957, abrió simbólicamente hace medio siglo el camino de los terrestres hacia las estrellas.

Su muerte en el espacio fue frecuentemente comparada a una inmolación.

Ese episodio histórico en la conquista del espacio se produjo un mes después del lanzamiento del primer satélite artificial, el Sputnik-1, que había girado en torno de la Tierra el 4 de octubre de 1957.

Después del éxito inicial, los soviéticos volvieron a la carga 30 días más tarde con el Sputnik-2, más pesado (508 kg contra 83 kg del Sputnik-1) y más complejo, con una perra en el interior de la cabina presurizada.

Esa experiencia sin precedentes tenía dos objetivos.

Desde el punto de vista político, en vísperas del 40o aniversario de la revolución de 1917, su objetivo era demostrar la superioridad de la tecnología de la URSS sobre la de sus adversarios norteamericanos.

Desde el punto de vista científico, se trataba de verificar al mismo tiempo si un ser vivo podía soportar las condiciones espaciales.

La perra se llamaba Kudriavka («Rizada» en ruso), pero se haría famosa bajo el seudónimo de «Laika» («Ladradora»), nombre que designa a un perro de caza de Siberia, de apariencia similar a la del fox terrier.

El animal era un perro huérfano que, según la leyenda, fue encontrado y capturado entre otros perros callejeros en Moscú. *

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