Insultos entre candidatos reemplazan a las ideas

Perú: guerra sucia

El clima de agresividad y el persistente fuego cruzado entre los aspirantes presidenciales generó preocupación en la misión de observadores de la OEA y en la Defensoría del Pueblo que lanzaron llamados a la calma.

En un comunicado público los veedores de la OEA pidieron a los aspirantes a la presidencia a actuar con «respeto y tolerancia» en el tramo final de la campaña electoral hacia los comicios del 9 de abril. «La Misión de Observación Electoral de la OEA exhorta a los actores políticos a conducirse con apego a los principios de transparencia, respeto, tolerancia y legalidad, en vísperas de las elecciones generales peruanas», señaló el documento.

En el mismo sentido se pronunció la Defensoría del Pueblo que reaccionó alarmada por los agravios que dominan la campaña electoral.

«Les pido una tregua, por favor, y parar la guerra sucia, los ataques e insultos verbales», dijo Beatriz Merino, Defensora del Pueblo, al subrayar que la población peruana no se merece el nivel de agresividad al que se ha llegado. Los últimos días de campaña «tienen que ser de serenidad, tranquilidad, de verdadera información y no de escándalos», de tal manera que los electores lleguen al día de los comicios, en un «clima de tranquilidad».

Las invocaciones se producen en momentos en que la violencia verbal ha crecido entre los principales candidatos, al calor de encuestas en las que Humala pasó en las últimas semanas al primer lugar de las intenciones de voto (con 33%), superando a Flores quien lideraba las encuestas en los últimos meses, y quien se encuentra en un 27%.

A la expectativa se encuentra el ex presidente García en tercer lugar (22%) y con la esperanza de sacar de carrera a Flores para entrar a la segunda vuelta.

En la pugna por conseguir votos, los ánimos se han caldeado y el todo vale está a la orden del día.

El nacionalista Humala dijo el miércoles a la AFP que por estar ubicado en el primer lugar es víctima de una guerra sucia sin precedentes de «grupos económicos poderosos».

«Me acusan de todo, desde racista antijudío hasta presunto violador de derechos humanos», señaló al puntualizar que ahora se prepara una nueva acusación en su contra, la de vincularlo con actividades de narcotráfico.

La guerrilla verbal llegó a su clímax cuando Daniel Abugattás, vocero de Humala –destituido de ese cargo a raíz de su insulto–, llamó esta semana «hija de puta» a Eliane Karp, esposa del presidente Alejandro Toledo.

Semanas atrás Lourdes Flores, fue calificada de «solterona» por Isaac Humala, padre del candidato nacionalista.

Flores se ha cuidado de lanzar frases gruesas, pero el ex presidente García la acusó en la víspera de contratar a uno de sus más enconados críticos, el ex embajador en España Fernando Olivera, para que actúe como «sicario» y le haga una guerra sucia en su contra.

Humala es catalogado como «fascista» por la prensa allegada a Flores y días atrás una candidata partidaria del ex presidente Alberto Fujimori lo definió como un «cachaco (militar) mediocre», utilizando a un término que en Perú tiene un sentido peyorativo. *

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