EEUU está molesto con su aliado

Israel vende armas a China

El Pentágono exigió el cese del secretario general del ministro israelí de Defensa, Amos Yaron, tras el envío para «mantención» en Israel de material militar vendido a China en los años 1990, según informó el miércoles la televisión israelí.

Washington sospecharía que el Estado hebreo habría «modernizado» ese material sin informarle.

Funcionarios israelíes negaron ayer jueves que Estados Unidos haya pedido la destitución de Yaron, un general de reserva encargado de la exportación de armas.

El embajador de Israel en Washington, Daniel Ayalon, y el ministro de Defensa Shaul Mofaz admitieron, sin embargo, que la venta de armas a China está «en curso de clarificación».

«Esta historia nace de un malentendido», dijo a la AFP un funcionario allegado al primer ministro Ariel Sharon.

El hecho puede acentuar el clima de recelo que domina desde hace meses las relaciones entre el Pentágono e Israel.

La policía federal estadounidense (FBI) investiga al funcionario del Pentágono, Larry Franklin quien, según medios norteamericanos, habría pasado a un diplomático israelí informes confidenciales de la Casa Blanca sobre Irán.

Funcionarios israelíes negaron las acusaciones y recordaron sus compromisos de no espiar a Estados Unidos tras el caso de Jonathan Pollard, un ex analista de la armada estadounidense que fue condenado a cadena perpetua en 1987 por haber revelado a Israel informes secretos de Washington sobre los países árabes.

Israel recibe anualmente más de 2.000 millones de dólares de ayuda militar estadounidense y se comprometió a no afectar los intereses estratégicos de Washington.

«Hay tensiones, ocultas al público, que surgieron a propósito de la venta de armas a China», admitió Yuval Steinitz, presidente de la Comisión de defensa y asuntos extranjeros del Parlamento israelí.

Este tema es muy «delicado» por cuanto Washington obligó a Israel en 2000 a renunciar al suministro a China de aviones Falcon dotados del sofisticado radar AWACS. Por rescindir el contrato, Israel debió indemnizar a China con 350 millones de dólares.

Estados Unidos alegó que esos aparatos se convertirían en una amenaza para sus navíos de guerra si fueran empleados para defender a Taiwan.

«Hay un claro reforzamiento de los controles ejercidos por Estados Unidos sobre las exportaciones israelíes (de armas) y desde el caso de los Falcon somos muy sensibles a las exigencias norteamericanas», dijo Steinitz.

Estimó también que están pesando razones comerciales por cuanto las empresas israelíes de armas compiten en algunos países con las de Estados Unidos. *

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