Portavoz de la Casa Blanca: Hitler nunca usó armas químicas

La noche de este martes, Sean Spicer, portavoz de la Casa Blanca, desató la ira y la controversia al asegurar que Hitler no usó armas químicas durante el holocausto. Se atrevió a afirmar que Bachar El Asad es peor que Adolf Hitler porque éste “ni siquiera cayó tan bajo como para usar armas químicas”.

El murmullo y las miradas cómplices entre los periodistas presentes no se hicieron esperar, durante la conferencia llevada a cabo en la sala de prensa de la sede del ejecutivo. No es para menos, pues Spicer es el máximo portavoz de la administración de Donald Trump, y la Casa Blanca tuvo que salir al paso a las desafortunadas declaraciones, solo unos minutos después, afirmando en un comunicado que Spicer «de ninguna manera estaba intentando rebajar el horror del holocausto».

Según la misiva, lo que pretendía Spicer era hacer una diferenciación entre la técnica utilizada por el presidente sirio, Bashar al-Asad, quien supuestamente bombardeó a la población civil con gas sarín, y los métodos usados por el tercer reich.

A pesar de la escueta aclaración, no hizo alusión -ni durante la conferencia de prensa, ni en la carta- a que el tercer reich ejecutó a millones de judíos en cámaras de gas instaladas en distintos campos de concentración. “Cualquier ataque sobre personas inocentes es censurable e inexcusable”, añadió el portavoz.

Posteriormente, hizo una mención a Rusia, afirmando que este país debe preguntarse seriamente si «Siria es un tipo de nación con la que está bueno aliarse».

Spicer ha ostentado el cargo de Director de Comunicaciones interino desde el 20 de enero hasta el 6 de marzo de 2017. Anteriormente Spicer fue director de comunicaciones del Comité Nacional Republicano entre 2011 y 2017 y jefe de estrategia de campaña entre 2015 y 2017.

“Nosotros no usamos armas químicas en la Segunda Guerra Mundial. Había una persona tan detestable como Hitler que ni siquiera cayó tan bajo como para utilizar armas químicas”, dijo Spicer. 

Armas químicas en la segunda guerra mundial

Durante esta guerra, las potencias del Eje (Alemania, Japón e Italia) sí utilizaron armas químicas. Japón usó gas mostaza y otro llamado agente lewisita, que causa irritación pulmonar, sofocación y severas quemaduras en la piel.

En batallas contra China, el entonces emperador japonés Hirohito autorizó el uso de armas químicas en 375 ocasiones distintas. También se usaron armas biológicas, propagando de forma intencional el cólera, la disentería, el tifus, la peste bubónica y el ántrax.

La Alemania Nazi tuvo en su poder gases como el tabun, sarín y soman, todos sumamente tóxicos, que fueron fabricados en grandes cantidades, pero ni los Aliados ni el Eje llegaron a aplicarlos.

En las cámaras de gas, los nazis utilizaron monóxido de carbono y ácido anhídrico. El primero causa asfixia, y el segundo intoxicación. Fue usado por primera vez sobre 250 niños gitanos para probar su efectividad, en el campo de concentración de Buchenwald, en Weimar, Alemania. Tras comprobarse que cumplía su cometido, fue usado en repetidas ocasiones desde 1941 en Auschwitz I. El 30 de setiembre de ese año, 600 prisioneros soviéticos fueron gaseados con Zyklon B, la marca con la que se comercializaba ese producto en ese entonces.

La sustancia era proporcionada al tercer reich por las empresas Degesch (Deutsche Gesellschaft für Schädlingsbekämpfung mbH, Corporación Alemana para el Control de Plagas) y Testa (Tesch und Stabenow, Internationale Gesellschaft für Schädlingsbekämpfung m.b.H), y se negaron en repetidas ocasiones a las peticiones de los nazis de producir el producto sin el ingrediente que daba el aroma de advertencia, ya que el ácido anhídrico no tiene olor.

Irónicamente, el Zyklon B fue desarrollado en la década de 1920 por Fritz Haber, un judío alemán que fue forzado a emigrar en 1934 y cuya extensa familia fue asesinada usando el gas que él ayudó a inventar.