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¿Qué hacía este hombre sentado todos los días en la misma esquina? Una mujer descubre su increíble historia

Una mujer que pasaba todos los días en su auto por la misma esquina empezó a notar que un hombre de mediana edad estaba sentado en la misma esquina. Su desgarradora historia te sorprenderá.

Foto: This is Victor
Foto: This is Victor

Ginger Jones Sprouse viaja todos los días por la misma ruta hacia su trabajo. Comenzó a notar que en una esquina, todos los días, un hombre se sentaba en el suelo. Por la frecuencia con que se cruzaban, empezaron a cruzar saludos ocasionales. Él siempre le preguntaba cómo estaba y ella le pedía que se cuidase.

La chica comenzó a sentir curiosidad y contactó a las autoridades locales para averiguar qué datos tenían sobre este desconocido. La historia que le contaron le conmovió en demasía.

Victor Hubbard tenía 32 años y sufría de una grave enfermedad mental. SU madre lo había abandonado hacía tres años y, desde entonces, él se sentaba a esperarla regresar, por si ella decidía volver a buscarlo.

Victor trabaja ahora en el restaurante de Ginger y es querido por todos. Foto: This is Victor.
Victor trabaja ahora en el restaurante de Ginger y es querido por todos. Foto: This is Victor.

Una nueva oportunidad

Tras el paso de los meses, el frío del invierno llegó a la pequeña ciudad de Kemah, Texas, y Victor seguía apostado en la esquina de las calles Nasa Road y El Camino Real. Ginger comenzó a frecuentarlo a la hora del almuerzo y le dejó su dirección para que, si sentía demasiado frío, fuera a buscar refugio.

Finalmente el chico no aguantó más las bajas temperaturas y decidió acudir a la casa de su nueva amiga, quien le dio alojamiento, le consiguió asistencia profesional con un terapeuta y hasta le dio empleo en su propio restaurante, The Art Of Meal.

Debido al cambio positivo, Ginger creó un fanpage de Facebook llamado «This is Victor«, donde documenta su historia y logros. Además, por medio de GoFundMe, una plataforma para recoger dinero para proyectos e iniciativas, se juntaron más de US$26.900 para toda la atención terapéutica y médica que Victor requería.

Fue llevado al dentista para revisar varios dientes que tenía en mal estado, y al oculista, pues se constató que requería anteojos pues su vista no era muy buena.

“Nunca pedía dinero, nunca pedía nada. A veces incluso rechazaba lo que se le ofrecía. Si ya había comido ese día y le ofrecías comida decía ‘Estoy bien, ya comí’. Es extremadamente honesto”, aseguró Ginger Jones Sprouse al diario Daily Mail.

 

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