Futbol Chapecoense: una historia de éxitos que culminó en tragedia

La Asociación Chapecoense de Fútbol surge en 1973 de la unión de dos clubes de Santa Catarina, el Atlético Chapecó e Independiente Futebol Clube.

La pequeña localidad de Chapecó se entusiasmó con el proyecto y empresarios locales apoyaron al equipo para que pudiera salir adelante.

Hacia fines de los 70 ya estaba en la Serie A del torneo brasileño y con cinco títulos en su haber, transformándose en una de las potencias de Santa Catarina, sin embargo no escapó a una crisis institucional que tuvo su futuro pendiendo de un hilo.

Cuando estuvo por desaparecer, con muchas deudas, se reinventó y optó por cambiar el nombre legal. En 2003, con el apoyo de empresarios de la ciudad, emprendió un camino de reconstrucción y tres años más tarde obtuvo la Copa Santa Catarina.

Luego sumó tres de los cinco campeonatos estatales que tiene al día de hoy. En el 2013 regresó al Campeonato de Serie A y se consolidó como un equipo de élite del fútbol de Brasil.

Tras una buena copa a nivel local accedió por primera vez en su historia a un torneo internacional, la Copa Sudamericana del 2015. En la competencia llegó a eliminar a Ponte Preta y a Libertad de Paraguay, para acceder a cuartos de final, donde quedó eliminado con River Plate de Argentina.

El 2016 fue un año de éxito y tragedia

En el campeonato brasileño fueron el equipo sensación, ubicándose en la novena posición a falta de una fecha para la finalización del torneo. En la fecha previa a que termine el mismo perdieron ante quien se consagró Campeón, Palmeiras, el Club con más títulos brasileños (9).

De todos modos la historia la estaba escribiendo o la escribió llegando por primera vez a la final de una Copa internacional, la Sudamericana. El entrenador Caio Júnior fue un gran motivador de un equipo que mostraba equilibrio, velocidad y efectividad; siendo poseedores de un fútbol práctico.

Previo a la final eliminaron a San Lorenzo de Argentina con una excelente actuación del arquero Danilo, que terminó siendo el héroe de la clasificación.

El Chapecoense contaba con un plantel parejo, de buenos jugadores, y en la semifinal se destacaron Cleber Santana, Thiego Ananias y Bruno Rangel.

Pero Danilo fue el salvador. Incluso ya había sido fundamental en octavos de final, donde eliminaron a Independiente de Argentina en definición por penales gracias a él.

En cuartos de final eliminaron a Junior de Barranquilla y en semi finales a San Lorenzo.

Faltaba la frutilla de la torta, la final

El partido de ida ante Atlético Nacional se iba a jugar el miércoles 30 de noviembre en Medellín.

El 28 por la tarde emprendieron viaje desde San Pablo. Pero el viaje no comenzó bien porque no les permitieron viajar en vuelo charter. Eso ocasionó un cambio de planes y salieron en un vuelo comercial desde el aeropuerto de Guarulhos rumbo a Bolivia y de ahí tomaron otra nave rumbo a Medellín.

Pero jamás llegaron a destino, el avión de bandera boliviana cayó en Cerro Gordo, cerca del Municipio de La Unión, Antioquia, en la noche del 28 de noviembre. Una catástrofe que dejó 75 víctimas fatales.

Una historia que conmovió al mundo del fútbol. La solidaridad no se hizo esperar, desde el rival que aguardaba para disputar la final que se puso a trabajar enseguida para ayudar a familiares de los futbolistas y extendiendo una carta a la CONMEBOL pidiendo que se designe al Chapecoense Campeón de la Copa Sudamericana.

En Brasil el primer mandatario decretó tres días de Duelo Nacional.

Hubo seis sobrevivientes y un séptimo que estuvo luchando hasta último momento y que ahora los hinchas lo denominan “San Danilo”. El arquero fue encontrado con vida y murió mientras se le realizaba una intervención quirúrgica. Justo Danilo, quien había dicho «Es posible ser campeón. Nadie creía que íbamos a llegar a la final y llegamos. Todo puede pasar».

Los jugadores que sobrevivieron son el arquero Jackson Follmann y los defensores Alan Ruschel y Neto. El resto del plantel principal falleció, excepto los que no fueron convocados para la final por lesiones o por decisión técnica