Lula da Silva: «No buscan condenarme a mí, sino al proyecto político que represento»

El expresidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva respondió a las acusaciones sobre corrupción en su contra y los cargos que afronta en la justicia y aseguró que únicamente tienen como objetivo dañar el proyecto político que él representa, y no a su persona como se podría pensar.

El líder del Partido de los Trabajadores afirmó que quienes lo acusan saben que es inocente pero considera que no pueden retirar las denuncias para no quedar desmoralizados.

El exmandatario hizo su descargo a través de un artículo titulado «Por qué me quieren condenar», publicado en el periódico Folha de Sao Paulo este martes. Lula compartió el artículo en su cuenta de Twitter y lo acompañó con varios mensajes.

Primero manifestó «tengo la conciencia tranquila y el reconocimiento de la gente. Confío en que prevalezca la verdad y la justicia». Y luego afirmó «después de dos años no pudieron encontrar nada capaz de vincular mi nombre a desviaciones investigadas».

«Passados dois anos, não conseguiram encontrar nada capaz de vincular meu nome aos desvios investigados.» //t.co/pQYOplVIMG

— Lula pelo Brasil (@LulapeloBrasil) 18 de octubre de 2016

No encontrarán pruebas

«En vísperas de cumplir 71 años, veo mi nombre en el centro de una verdadera caza judicial», escribe Lula en el artículo y detalla: «se entrometieron en mis cuentas personales, las de mi esposa y mis hijos. Intervinieron mis llamadas telefónicas y divulgaron el contenido, invadieron mi casa y me llevaron a deponer, sin motivo razonable y sin base legal. Están buscando un crimen para acusarme, pero no lo encontraron ni lo van a encontrar».

Luego continúa y asegura: «Jamás practiqué, autoricé o me beneficié de actos ilícitos en Petrobras o en otro sector de Gobierno. Desde la campaña de 2014 se trabaja en la narrativa de que el PT no es más un partido y sí una ‘organización criminal’, conmigo como jefe. Esa idea fue martillada, sin descanso, por titulares, tapas de revista, radio y televisión».

En ese sentido resalta: «Mis acusadores saben que no robé, que no fui corrompido y que no intenté obstruir la Justicia, pero no lo pueden admitir. No pueden retroceder tras la masacre que promovieron en los medios de comunicación». Mientras que considera que «se convirtieron en prisioneros de las mentiras que inventaron y ahora ‘están condenados a condenar'; deben evaluar que si no me apresaran serían ellos los desmoralizados ante la opinión pública».

Disputa política

Asimismo reconoce a la persecución que pesa sobre él como parte de una disputa política que busca destruir una corriente de pensamiento, pero advierte que en el intento de destruir una corriente de pensamiento «están destruyendo los fundamentos de la democracia».

En ese sentido, expresa su preocupación «sobre las continuas violaciones al Estado de Derecho y la sombra del estado de excepción que viene irguiéndose sobre el país».

Lula también expresa que durante 40 años su vida personal fue constantemente vigilada por órganos de seguridad, rivales políticos y la prensa brasileña, pero destacó que nunca se han encontraron pruebas de actos indignos por su parte. «Sé lo que hice antes, durante y después de haber sido Presidente. Nunca hice nada ilegal que pudiese manchar mi historia. Goberné Brasil con seriedad y dedicación, porque sabía que un trabajador no podía fallar en la Presidencia», dice.

A pesar de ese acoso del que asegura que es víctima, recuerda que desde las elecciones de 2014 sigue trabajando con los sindicatos, movimientos sociales y partidos con la finalidad de defender el proyecto de cambio de Brasil.