CULPABLE

Trabajador del FBI confiesa haber filtrado información para China

Kun Shan Chun, ciudadano Estadounidense de origen chino se declaró culpable de haber realizado espionaje desde el FBI para China y ahora espera su sentencia, que saldrá en diciembre, en libertad bajo fianza.

Trabajador del FBI confiesa haber filtrado información para China. Foto: Daily News
Trabajador del FBI confiesa haber filtrado información para China. Foto: Daily News

Después de casi 20 años de servicio en la Oficina Federal de Investigaciones de los Estados Unidos, el técnico Kun Shan Chun se declaró culpable de espiar para Pekín.

Este lunes, tras ser detenido el pasado mes de marzo, el ex empleado del FBI, de 46 años admitió ante un tribunal en Nueva York haber facilitado «información sensible» al gobierno chino.

Ahora el agente encubierto de origen chino fue puesto en libertad bajo fianza ala espera de un juicio que se llevará a cabo en diciembre. El empleado tenía acceso a información confidencial interna del FBI gracias a su puesto, y de ser declarado culpable puede enfrentarse a hasta diez años de cárcel, aunque si coopera con la investigación la pena pude reducirse a solo dos años de prisión.

El fiscal neoyorquino Prett Bharara presentó cargos contra Chun en el mes de marzo, y de acuerdo a su investigación el acusado facilitó a las autoridades chinas información detallada sobre los planes de viajes de los agentes del FBI así como datos técnicos secretos sobre los dispositivos de vigilancia que utiliza la agencia federal estadounidense.

Chun es ciudadano naturalizado de Estados Unidos, y habría actuado como agente de China entre 2011 y 2016, aunque trabajaba como técnico en electrónica para el FBI desde 1997, donde tenía autorización de seguridad de alto secreto y el acceso a información clasificada del gobierno hasta su detención este mes de marzo. La fiscalía cree que a partir de al menos 2006, Chun estableció conexiones en China.

Culpable

Chun aceptó renunciar a su derecho a apelar la sentencia para rebajar la pena, reconoció haber realizado espionaje para China durante cinco años, y declaro durante la audiencia previa «Siento lo que hice. Sabía que estaba actuando mal».

El acusado llegó a Estados Unidos en la década del 80 y antes de establecer su operativo viajó en numerosas ocasiones al extranjero para establecer contacto con directivos de una firma tecnológica china que tenía vínculos con Pekín.

Sin embargo no declaró esa relación de consultor con la filial china, cuando todos los funcionarios del FBI están obligados a a comunicar cualquier tipo de relación con entidades extranjeras. Por este motivo se considera que falseó el cuestionario al que fue sometido y se lo acusa de haber adoptado una serie de triquiñuelas para cubrir sus acciones ilícitas.

Sus infiltraciones se conocieron por un agente encubierto que le facilitaba información clasificada. A cambio, le ofreció una parte de la retribución financiera que recibiera de la parte china.

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