Obama dice que Macri es “ejemplo a seguir”, mientras The New York Times alerta por duras contradicciones del macrismo

 

El espaldarazo a la gestión es manifiesto por dónde se lo busque, y las variantes económicas que Macri hizo en la Argentina desde que llegó la Casa Rosada, reconocidas in totum por el visitante. Obama no solo lo calificó de “ejemplo”: dijo estar “impresionado” por el trabajo en los primeros 100 días de gobierno de Macri.

“Su compromiso y deseo de llevar a cabo conversaciones y tener relaciones francas y abiertas promete aumentar la influencia de la Argentina en el escenario mundial y en el G-20”, dijo Obama a Macri, que calificó al país vecino como “socio crucial” de Estados Unidos. El presidente argentino dijo tras el encuentro oficial de la víspera que se inició “una etapa de relaciones maduras, inteligentes y constructivas”, entre los dos países.

En cuanto al tema de los fondos buitre, ambos mandatarios parecieron estar por fuera del asunto, aunque indirectamente Obama dijo que “con un pensamiento constructivo se ha abierto una resolución de esta problemática, lo que conllevará un efecto de estabilización de las finanzas para la Argentina”.

Los argentinos esperaban inversiones del orden de los 2.500 millones de dólares por parte del sector privado norteamericano, pero hasta el momento las expectativas no se confirman.

La prensa de mayor tiraje de EE.UU. apunta otro foco

La visita es focalizada desde una óptica distinta por The New York Times, que en su primera crónica recuerda que si bien la Casa Blanca “al anunciar la visita de Obama, agradeció a Macri por sus aportes a la defensa de los derechos humanos en la región”, Milagro Sala continúa presa, pese al “rechazo internacional del papa Francisco, Naciones Unidas y Amnistía Internacional”.

El diario neoyorquino recuera que Sala es  “reconocida activista social de la provincia de Jujuy, al noroeste del país, Sala fue detenida en enero a instancias del gobernador, Gerardo Morales, un aliado político del nuevo presidente, Mauricio Macri”.

Apunta también la crónica a la coincidencia del arribo de Obama con los 40 años del golpe de Estado. “Un reconocimiento del papel maligno que jugó EE.UU. en los primeros años de la dictadura es bienvenido, aun cuando sea tardío. Pero ignorar las señales de alarma sobre el impacto en los derechos humanos generadas por las acciones recientes de la nueva coalición gobernante de la Argentina es un recordatorio preocupante de ese legado”, afirma.

Reitera que la detención de Milagro Sala se produce “en el contexto de una serie de medidas tomadas por la administración de Macri que han debilitado el Estado de derecho bajo el pretexto de seguridad, libertad económica y la guerra contra las drogas”.