La “Lady Gaga de Vietnam” anuncia será candidata al Parlamento pese a la crítica que su último tema “Selfie Orgasm” aún provoca

Es una de las cantantes más polémicas, pero también más populares y con mayor éxito de ventas en su país y en el este de Asia: Mai Khoi, más conocida como la “Lady Gaga de Vietnam”, acaba de anunciar que será candidata al Parlamento, pese a que su último disco “Selfie Orgasm” ha estado a punto de llevarla a la cárcel.

Al gobierno comunista vietnamita, para nada le agradan las actitudes contestatarias de la cantante, que tiene detrás a cientos de miles de jóvenes, fascinados por sus atuendos harto audaces, y que combinan el exotismo asiático con lo más desenfadado de Occidente. A sus 32 años Mai Khoi, es famosa no solamente por su atuendo y sus canciones, sino por promover los derechos de los homosexuales y también participar de campañas contra la violencia doméstica.

Mai Khoi, aparece en el escenario de la política vietnamita como una nueva disidente, en un país cuyo gobierno comunista acepta el voto democrático y candidatos independientes al Partido Comunista. El gobierno no ha hecho de momento comentarios sobre los candidatos independientes más radicales –entre los que estaría catalogada la cantante- pero el comité nacional para las elecciones afirmó recientemente que «grupos extranjeros reaccionarios» financian y apoyan a ciertos candidatos.

Una cantante que puede desestabilizar el sistema

Las redes sociales tienen mucho que ver en el éxito de la incipiente carrera política de la contestataria al régimen, que resulta bastante más conocida entre los disidentes que los abogados, periodistas, y otras personalidades vietnamitas que aspiran ingresar al Parlamento.

Ahora todo apunta al 22 de mayo cuando se celebrarán las elecciones para las que hay 100 candidatos independientes, algo sin precedentes desde que Vietnam tiene un gobierno comunista.

La autora de la canción más repudiada por los círculos tradicionalistas de Vietnam , y la más bailada por los jóvenes –“Selfie Orgasm”- está segura que tendrá un lugar en un Parlamento donde apenas hay un puñado de mujeres, en un congreso con 500 diputados todos hombres, porque “a fin de cuentas, espero que la gente me va a juzgar por la fuerza de mis ideas y no por el color de mi pelo», asegura.

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