México es el primer país del mundo donde la tasa de homicidios impacta en la expectativa de vida de los varones

Mientras en 2005, la tasa de homicidios en México era de 9,5 por cada 100.000 habitantes; para 2010, la cifra creció a más del doble, con 22 por cada 100.000.

México seguía la misma tendencia de los países en el mundo, en los que mejoras en la salud pública, vivienda y alimentación aumentaron la expectativa de vida, que llegó a crecer entre cuatro y cinco años por década entre 1940 y 2000. Siguiendo la escala, el  promedio para los hombres mexicanos (con esperanza de vida de 72 años en 2000) debería estar entre los 76 y 77 años para 2010. Sin embargo esa expectativa de vida se mantiene en los 72 años para 2010.

Las mujeres por su parte  experimentaron un leve aumento, de 77 a 78 años, sensiblemente inferior a los 5,5 años de las décadas pasadas.

El descenso coincide con las zonas más afectadas

“Suponemos que el aumento en los homicidios tiene que ver con estas políticas, que esperamos no continúen. Es inusual es que los homicidios tengan un impacto tan grande en un escala nacional”, explicó  Hiram Beltrán-Sánchez, profesor de salud pública de la Universidad de Los Ángeles, en California y principal autor del estudio, en declaraciones que publica The New York Times.

Como aval de su hipótesis de trabajo, el estudio muestra que el retroceso en la expectativa de vida está directamente relacionado con el nivel de guerra al narcotráfico desencadenada en cada estado. La esperanza de vida promedio para los hombres de Chihuahua, Sinaloa y Durango, se redujo tres años. Chihuahua (en la frontera norte de México donde está Ciudad Juárez), alcanzó las 20 muertes por cada 1.000 personas entre los hombres menores de 75 años.

Los investigadores aseguran además tener la convicción que los números son solamente una parte del total, ya que no se ha tenido en cuenta el número de desaparecidos (26.000 según cifras oficiales, más de 40.000 según versiones de organizaciones de derechos civiles), lo que incidiría en forma más determinante aún de tenerse como referencia.