El socialismo vuelve al poder en Portugal con la promesa de acabar con ajustes de la Unión Europea

“El presidente de la República decidió, después de escuchar a los partidos representados en el Parlamento, designar a Antonio Costa en el cargo de primer ministro”, dice un comunicado de la Presidencia en Lisboa, emitido en la noche del martes.

Los socialistas llegan al poder de la mano de los comunistas y de la izquierda radical, que finalmente decidió dar su apoyo a la conformación de un nuevo gobierno.

Una elección que ganan los perdedores

Costa, un ex alcalde de Isboa de 54 años, carece en el fondo del apoyo popular del más votado, ya que entró en segundo lugar en la elección pasada. La diferencia con el ganador en número de votos lo ubicó seis puntos detrás del primer ministro Pedro Passos Coelho, del Partido Social Demócrata (PSD, conservador), pero que no alcanzó los apoyos suficientes para tener mayoría en el Parlamento, una condición imprescindible para gobernar en el país luso. Los socialistas quedaron detrás de la coalición de liberales y conservadores liderada por Passos Coelho y Paulo Portas, del Centro Democrático Social/Partido Popular (CDS-PP).

Pero al no haber acuerdo entre el bloque “de los demócratas” el gobierno está estancado en un callejón sin salida. Así las cosas la izquierda logra que el Bloque de Izquierda (BE), el Partido Comunista Portugués (PCP) y el Partido Ecologista Os Verdes (PEV), apoyen a los izquierdistas más moderados con la promesa de que evitarán el mayor deterioro económico de los bolsillos de los portugueses.

El compromiso de “pasar de página”, lo que se traduce en aumentos de salarios mínimos, mejorar el poder adquisitivo de la gente, descongelar las jubilaciones y suprimir recortes entre el funcionariado, en principio debe superar cuatro años de ascetismo impuesto por la derecha, para conformar las órdenes de la Unión Europea, para con las finanzas lusitanas.