EN ROMA

Papa Francisco pide a cientos de obispos en sínodo a “deshacerse de costumbres y prejuicios, la fe no es un museo”

En la apertura del sínodo con más de 300 arzobispos y obispos congregados en Roma para tratar temas considerados vitales para la familia cristiana, el Papa Francisco advirtió a los prelados de todo el mundo que el sínodo “no es un Parlamento” y priorizó “a acción del Espíritu Santo” a los debates que se anticipan de fuerte tenor.

El debate se abre en medio de la tensión extra que ha generado la declaración de homosexualidad de un alto prelado de Vaticano por lo que acaba de ser expulsado, el sacerdote polaco Krzysztof Charamsa, de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Foto: Observatorio Vaticano.
El debate se abre en medio de la tensión extra que ha generado la declaración de homosexualidad de un alto prelado de Vaticano por lo que acaba de ser expulsado, el sacerdote polaco Krzysztof Charamsa, de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Foto: Observatorio Vaticano.

Como casi nunca antes en este siglo se anticipan fuertes encontronazos entre obispos que buscan revolucionar canones eclesiásticos y el “ala dura” de los conservadores, lo que justifica la advertencia papal, que exigió “humildad evangélica y oración confiada” a los asistentes y les pidió evitar “el endurecimiento de algunos corazones que, pese a las buenas intenciones, alejan las personas de Dios».

Durante tres semanas tratarán defensa de la familia tradicional

Sin embargo el sínodo, que debe definir aspectos de conducta a seguir por los 1.200 millones de fieles del planeta, viene anticipado con tensión de máximo orden entre los defensores de las más rígidas tradiciones –que a todas luces están alejando a los jóvenes de la grey- y quienes apuntan que debe haber nuevas formas de entender el fenómeno de los divorciados y los homosexuales principalmente.

Francisco convocó en la apertura del encuentro a deshacerse humildemente de las costumbres y prejuicios para escuchar a los hermanos. No debemos apuntar a otros para juzgarlos o sentirnos superiores con aquellos que albergan  ideas distintas “porque la fe no es un museo para guardar”.

El debate se abre en medio de la tensión extra que ha generado la declaración de homosexualidad de un alto prelado de Vaticano por lo que acaba de ser expulsado.  El sacerdote polaco Krzysztof Charamsa, de la Congregación para la Doctrina de la Fe –el otrora Santo Oficio- desde 2003, que era secretario adjunto de la Comisión Teológica Internacional, y profesor de Teología en la Universidad Pontificia Gregoriana, se declaró gay la semana pasada pidiendo mayor inclusión de El Vaticano para las personas de su condición. Sus declaraciones fueron consideradas “muy graves e irresponsables” y se lo expulsó de la orden sacerdotal.

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