27 DE AGOSTO

Día Internacional del “Cosplay” una celebración nacida en Japón y EE.UU. que también llegó a Uruguay

Por supuesto que se necesita ser joven – y no solo de espíritu- para acordarse de que hoy es el Día Internacional del Cosplay, palabra derivada de “Costume play” o afición a disfrazarse como el personaje favorito de cada uno y más allá aún, llevarlos a la realidad interpretándolos.

Fotos: Wikimedia Commons.
Fotos: Wikimedia Commons.

El Costume Day convoca concentraciones multitudinarias en Tokyo y Washington principalmente, las ciudades donde comenzó el fenómeno en los años 70`, a instancias de la “cosplayer” Jennifer Alice, que logró imponer la idea, que ha ido cobrando vida en países de todo Occidente y asiáticos.

La idea original era la de promocionar en Estados Unidos, la cultura asiática –más precisamente la japonesa- en sus facetas del anime y los videojuegos, que más allá de toda tradición se ha impuesto de modo contundente entre los jóvenes en esa región del mundo. Vestirse y comportarse como los personajes del manga (el comic japonés) o como cualquiera de los héroes –o villanos- de las historietas más populares se terminó convirtiendo en una suerte de especialización festiva para la jornada.

Patrocinado por el DC Anime Club, una asociación juvenil con sede en Washington y sin fines de lucro, cada 27 de agosto convocan al evento principal en la capital norteamericana, además de abrir paso a nuevos sitios donde llevar la experiencia.

En Uruguay, algunas fiestas del Cosplay han tenido lugar en el auditorio Adela Reta del Sodre, convirtiéndose en una fiesta infantil y juvenil, de afluencia sumamente interesante, teniendo en cuenta la escasa difusión de la tendencia en el país.

En Japón es ya considerado una “subcultura” nacional

Aunque disfrazarse como personaje de historieta y actuar como uno, pueda parecer una harto conocida costumbre infantil de todos los tiempos, lo cierto que los japoneses, sus máximos impulsores se toman el asunto de otra forma.

La práctica del cosplay y los cosplayers, son considerados una “subcultura” nipona, y su presencia en todo evento de primer orden, en particular en los estrenos de las grandes producciones del cine, son considerados parte imprescindible de la fiesta.

Los cosplayers más atractivos son seguidos por grupos de fans y en Japón algunos han sido acusados incluso por cobrar en efectivo por asistir a determinados eventos sin pagar derechos de autor por el uso de la imagen o personaje en cuestión, una evasión fiscal en ese país que nadie parece poder pasar tan fácil por alto.

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