Grecia vota su futuro económico: pagar una deuda impagable con la pobreza de pueblo o resistir al FMI y la Eurozona

Las encuestas mostraban casi un empate técnico, tanto las que afirmaban que el “si” está por delante, como las que revelaban lo contrario. Las intensas campañas de las televisoras privadas, a favor de mantenerse dentro del euro y pagar a los acreedores, campañas financiadas por los acreedores afirman versiones del partido de gobierno, no parecen haber logrado convencer del todo al pueblo griego, que realmente se ubica entre la espada y la pared, para definir un juicio que puede significar el corte más terrible para sus fondos ya agotados, o la caída del Gobierno y el llamado a nuevas elecciones.

El misterioso día cuando los bancos se queden sin dinero

Los analistas estiman que Grecia enfrenta su peor crisis no solamente financiera, desde que la democracia volvió al país en 1974; esta crisis es política y de alcance nacional y proyección continental, y apunta a mil versiones sobre un hecho que nadie ha visto nunca: el misterioso día cuando los bancos se queden sin dinero.

Desde el maquillaje de las cuentas griegas para forzar a Grecia a entrar a la zona euro, con la complicidad de los mecanismos de control para con la banca europea, todos aceptan que el país pasó de tener una deuda de 2,8 mil millones de euros a 5,1 mil millones de euros en menos de dos años, sin que ello se reflejara en lo que realmente recibió el gobierno. Todo apunta ahora a la salvación del euro para los banqueros -con lo cual mantienen su poder sobre los países menos económicamente desarrollados del continente- pero también en el bando contrario, a la salvación de millones de europeos, que comienzan a preguntarse si una vez más el modelo no se limitará a salvar a bancos fundidos de antemano y a cargar la cuenta sobre las espaldas de los contribuyentes.