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La modelo más bella y popular de Pakistán condenada a la cárcel central del país por traficar dinero

Ayyan Ali, una morocha infartante de 23 años, puede no ser demasiado popular en Occidente, aunque lo es en las pasarelas internacionales: es una de la supermodelos, de las grandes casas europeas.

Ayyan Ali, una morocha infartante de 23 años, puede no ser demasiado popular en Occidente, aunque lo es en las pasarelas internacionales: es una de la supermodelos, de las grandes casas europeas.

Sin embargo ahora su destino cambió abruptamente y surgen defensores y detractores de la beldad, cuestionando si debe purgar sentencia en la cárcel central con las demás delincuentes comunes, o es dable tenga algunos privilegios, algo de lo que acusa la prensa a los administradores de la prisión.

Todo comenzó cuando Ayyan Ali, intentaba pasar por los controles del aeropuerto de Islamabad, algo que por lo general hace rodeada de fotógrafos o cuando menos entre el rumor de los admiradores que la reconocen por ser tapa constante de revistas e idolatrada en la televisión local. Sin embargo, esta vez cuando pasó por el control fue retirada de la vista de los presentes y quedó detenida. Tenía entre sus ropas ocultos medio millón de dólares, lo que supera largamente la suma que los ciudadanos pakistaníes están autorizados a sacar del país sin declarar. En un primer interrogatorio, la modelo argumentó que el dinero era producto de la venta de unas propiedades, pero no convenció a los jueces que no dudaron en mandarla a la cárcel.

La cárcel para la mujer más bella y deseada del país

Considerada de las mujeres con actividad pública más bellas y sensuales del país, Ayyan fue remitida a la cárcel de Adiala, en la ciudad pakistaní de Rawalindi, según publicó el canal local NDTV. Sin posibilidad de libertad bajo fianza, enfrenta hasta 14 años de cárcel por su delito.

Ahora la prensa se debate entre la versión que asegura tiene dos asistentas en la prisión, además de televisor, heladera, teléfono celular, ropa a gusto y otros lujos asiáticos para una cárcel pakistaní, y la versión de las autoridades que la mujer está alojada en un pabellón común, junto a otras nueve presidiarias y recibe visitas solo dos veces por semana como toda reclusa.

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