Cientoveinte muertos y cientos de heridos en dos atentados simultáneos contra mezquitas en Yemen

En el primero de los atentados, dos suicidas se autoinmolaron con cinturones explosivos en la mezquita chií de Al Hashush, en el norte de la capital, mientras que en el segundo se desconocen los detalles de cómo la mezquita Badr, también céntrica y frecuentada por chiíes, sufrió el efecto de las bombas.

Menos de media hora hubo entre una explosión y otra lo que causó graves problemas para las emergencias móviles que debieron asistir a los hechos de manera casi simultánea, en los que decenas de muertos y centenares de heridos, conformaban escenarios atroces y de muy difícil atención inmediata. Además las mezquitas estaban plenas de asistentes, en tanto el viernes es día de oración y recogimiento para los fieles musulmanes que se congregan en sus templos.

Un nuevo ataque a las conversaciones de paz

En el trasfondo político yemení, el atentado es más allá de un problema de rivalidad religiosa, un nuevo ataque a las conversaciones de paz, que se encuentran estancadas.

El grupo de los huthíes ha forzado al presidente And Rabbu Mansur a abandonar la capital y refugiarse en la ciudad portuaria de Adén. Desde allí ha tratado de mantener el control del Estado, pero ello no ha hecho más que aumentar los enfrentamientos armados que llegaron a los ataques a la misma casa que ahora ocupa. El presidente Mansur, acusa a su predecesor Alí Salé de intentar dar el golpe de Estado final contra su mandato.

El jueves aviones de combate bombardearon la casa de Mansur, sin que hubiera víctimas, pero obligando al mandatario a abandonar el lugar. Las tropas leales a Mansur habían logrado horas antes recuperar un cuartel de las Fuerzas Especiales de Seguridad, cercano al aeropuerto de Adén que fue cerrado en sus operaciones habituales.