DE PARTO

Crece tendencia de parturientas que piden comer su placenta: la placentofagia mejora la lactancia materna

El acto de comer la placenta, es absolutamente común entre los mamíferos, y una línea creciente de opinión afirma que mejora la lactancia y la calidad de la leche materna, por lo que cada vez son más las mujeres que piden comérsela. La placenta es la unión de tejidos esponjosos y vascularizados, mediante lo que se alimenta el feto durante las 40 semanas de gestación, pasando los elementos alimenticios a través del cordón umbilical. Habitualmente la placenta termina en el basurero de hospitales y salas de parto.

El acto de comer la placenta, es absolutamente común entre los mamíferos, y una línea creciente de opinión afirma que mejora la lactancia y la calidad de la leche materna.

La placentofagia, es cada vez más apuntada ahora, como beneficiosa para disminuir la depresión postparto, algo no probado definitivamente aún por la ciencia, pero la convicción de las parturientas, puede hacer que el estímulo sea importante más allá de todo. La ciencia reconoce no obstante los beneficios hormonales y nutritivos de la placenta: sus altos niveles de prostaglandina, estimula la involución del útero, y la oxitocina, además de disminuir el estrés del parto, produce que los músculos que rodean las células mamarias se contraigan para obtener más leche.

Estudios recientes demostraron que la placenta y el líquido amniótico de la placenta, tienen una molécula que modifica los opioides endógenos, disminuyendo los dolores posteriores al parto.

A nivel de las especies superiores, una curiosidad es que casi la totalidad de los animales se come la placenta de todos los cachorros, incluídos los herbívoros. La excepción entre los mamíferos son el camello y los cetáceos, desconociéndose la causa.

En Estados Unidos es una floreciente “industria” médica

El problema mayor con las placentas es que muchas mujeres no toleran ni la idea de comérsela. Algunas pocas lo hacen sin inconvenientes, otras incluso la congelan y la cocinan, pero la mayoría la rechaza. Es por eso que médicos y clínicos estadounidenses están encapsulando la placenta de las pacientes, que toleran perfectamente el consumirla en forma de cápsulas, inodoras e insípidas. El procedimiento es muy simple y se limita a limpiar la placenta, extraerle la mayoría de líquidos sanguíneos y luego tratarla en una cesta a vapor, similar a la usada en acupuntura, para el posterior encapsulado. Sin embargo muchos técnicos creen que el calentamiento y los cambios de PH en la placenta pueden alterar en mucho los componentes vitamínicos y hormonales, al punto de hacer perder a la placenta las virtudes que se buscan.

La medicina china tradicional reconoce a la placenta como un ingrediente muy importante de algunos de sus compuestos.

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