Descubren cráneo de los homínidos africanos que vencieron a los demás y colonizaron Eurasia

El cráneo de la Cueva de Manot, descubierto en Galilea Occidental, podría ser uno de los ejemplares del “eslabón migratorio perdido”, que explique qué ocurrió y como fue la migración de los homínidos africanos rumbo al noreste de donde habitaban.

En principio todo indica que los ancestros que habitaban la cueva podrían dar la evidencia final sobre la coetaneidad del Homo Sapiens y el Neanderthal –durante el Paleolítico medio y el superior- en esa región del Mediterráneo, algo que confirmaría el cruzamiento y la movilidad de los humanos más primitivos.

La investigación de los antropólogos judíos, Israel Hershkovitz, Omry Barzilai y Ofer Marder, aparece publicada en el último número de la revista especializada inglesa “Nature”.

“Manot 1” camino de explicar la evolución humana moderna

Para los investigadores, el descubrimiento, “implica una oportunidad real de comprender la evolución humana moderna” y su avance hace entre 40.000 y 60.000 años atrás desde el área africana rumbo a Europa y Asia.

Los antropólogos no obstante consideran muy aventurado afirmar que la calavera descubierta pudiera ser de un “cruzamiento” entre un Sapiens y un Neanderthal, ya que no existe ADN en el fósil capaz de revelar esa pregunta, máxime teniendo en cuenta las condiciones climáticas extremas a que ha estado expuesto el hueso en ese lugar.

Sin embargo los científicos coinciden que “Manot 1” como ha sido bautizado el fósil “es el único espécimen humano moderno que provee evidencia que durante el medio y alto Paleolítico, tanto los ´modernos´ como los neanderthales fueron contemporáneos y habitaron el sur de Levante”.