TEMBLADERAL POLÍTICO

Caceroleadas y protestas en toda Argentina por la muerte del fiscal Nisman: investigan si hubo “suicidio inducido”

Los argentinos reaccionaron masivamente con manifestaciones en las principales ciudades de todo el país, ante la muerte del fiscal del caso AMIA, Alberto Nisman, hallado sin vida en su apartamento de Puerto Madero, en Buenos Aires.

Miles se reunieron anoche en Plaza de Mayo, Buenos Aires, para protestar contra la muerte del fiscal Nisman, llena de cuestionamientos. / Foto: Alejandro Pagni - AFP
Miles se reunieron anoche en Plaza de Mayo, Buenos Aires, para protestar contra la muerte del fiscal Nisman, llena de cuestionamientos. / Foto: Alejandro Pagni – AFP

La Plaza de Mayo, tradicional sitio de convocatoria cuando hay sucesos claves en Argentina, se vio desbordada por miles de personas que permanecieron hasta pasada la medianoche al grito de “Todos somos Nisman”. Hubo algunos disturbios y la policía lanzó gases lacrimógenos reprimiendo grupos de exaltados.

En la quinta presidencial de Olivos también se congregó una multitud que levantó una suerte de altar con velas y carteles, exigiendo justicia.

El común denominador de los manifestantes ha sido el rechazo a la postura de la presidenta argentina, que en un discurso sobre el tema, además de destacar su labor en la investigación del caso AMIA, dio a entender claramente que atribuía al suicidio la muerte de Nisman. “¿Qué fue lo que llevó a una persona a tomar la terrible decisión de quitarse la vida?”, dijo la mandataria. La fiscal investigadora del caso había dicho horas antes que no pensaba “hace pública ninguna hipótesis” hasta tanto no tuviera elementos contundentes que apuntaran a una u otra posibilidad.

Un suicidio con muchas interrogantes de por medio

«Se va a investigar si hubo algún tipo de inducción o instigación a través de amenazas, ya sea a través de llamadas o mensajes de texto. Se ha secuestrado muchísimo material”, dijo la fiscal, Viviana Fein,  dejando la puerta abierta a la posibilidad de “instigamiento” del suicidio.

Nisman murió por el disparo de una pistola calibre 22 que, curiosamente y pese a tener registradas dos armas de su propiedad, no era suya sino que la había pedido prestada. Nisman tenía registradas para su defensa un revólver 38 y una pistola 22, pero pidió a un colaborador, que le prestara otra pistola. El hombre reconoció haberla llevado al apartamento del fiscal, que le había dicho la necesitaba para protegerse.

El fiscal presentaba solo un disparo en la cabeza, cerca de la oreja derecha. Aún cuando tenía varios agentes policiales que lo custodiaban, 10 en total, su cuerpo fue hallado sin vida recién horas después del momento en que los peritajes estiman falleció. Los custodias dicen que llamaron varias veces a la puerta del fiscal sin respuesta, por lo que avisaron a su secretaria, que tampoco pudo comunicarse, y alertó a los familiares. Fue la madre con una llave de la puerta de servicio, la que abrió finalmente el domicilio. Entre el fallecimiento y que fuera encontrado, pasaron unas cinco horas.

No había rastros de violencia, más allá del hecho concreto, y ahora se investigan tanto las cámaras de seguridad del edificio, como celulares y computadoras. El fiscal no dejó mensaje alguno. La documentación que presentaría en el Congreso estaba –aparentemente- intacta.

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