BRIDGMANITA

Identifican mineral que compone el planeta: Bridgmanita

Después de más de cincuenta años de esfuerzos, y con la ayuda de un antiguo meteorito y rayos X de alta energía, un grupo de científicos de la Universidad de Las Vegas consiguió identificar y caracterizar por primera vez el mineral del que está hecho el 38% de nuestro planeta.

El mineral constituye el 38% de nuestro planeta.

Se llama Bridgmanita en honor de su descubridor, el físico Percy Bridgman, laureado con el Nobel en 1964 y pionero en la investigación de materiales a muy altas presiones.

El nuevo mineral acaba de ser aceptado en forma primaria por la Comisión de Nomenclatura y Clasificación de Nuevos Minerales (CNMNC), de la Asociación Mineralógica Internacional.

El camino fue largo y difícil, pero el geólogo Oliver Tschauner, consiguió aclarar las condiciones en las que, en las profundidades de nuestro planeta, se forma el mineral más abundante de la Tierra, una mezcla extraordinariamente densa de silicatos, hierro y magnesio – (Mg,Fe)SiO3 – que hasta ahora había escapado a cualquier análisis científico.

El proceso

Para averiguar la composición de las capas más internas de la Tierra, los investigadores necesitan someter los más variados materiales a presiones y temperaturas extremas, recreando así en laboratorio las duras condiciones que reinan en las profundidades de nuestro mundo.

Durante décadas, los geólogos creyeron que la recién bautizada Bridgmanita, una estructura de gran densidad, constituye cerca del 38% del total de la masa terrestre, y que las propiedades físicas y químicas de ese mineral ejercen una gran influencia en la forma en que los diferentes elementos y el calor fluyen a través del manto.

Pero dado que la Bridgmanita no logra sobrevivir en su viaje hacia la superficie, nadie hasta ahora había sido capaz de analizarla ni de probar su existencia, requisitos básicos para que un mineral sea aceptado por la Asociación Mineralógica Internacional.

Antes de este estudio, el conocimiento científico de las propiedades de la Bridgmanita se basaba únicamente en muestras sintéticas, ya que el mineral sólo permanece estable por debajo de los 660 km de profundidad, donde reinan presiones enormes.

Al abandonar las profundidades de la Tierra, las presiones más bajas transforman a la Bridgmanita en minerales mucho menos densos. Algunos investigadores creen incluso que algunas de las inclusiones de ciertos diamantes son las marcas dejadas por la Bridgmanita al alterarse mientras las piedras emergían a la superficie.

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