México: Descubren el “mítico” zoológico de Moctezuma con miles de huesos en su mayoría, de lobos

El zoológico de Moctezuma, aparece muy lejos de la concepción moderna que cabe bajo esa denominación y aparece más como un depósito ritual, donde en principio aparecieron unos 9.000 huesos de animales, de los que se ha logrado estudiar hasta el momento apenas la quinta parte.

Según distintas fuentes, en el recinto sagrado de Tenochtitlan, había dos espacios para animales que componía el zoo: la “casa de las aves”, donde había mayormente especies lacustres, y “la casa de las fieras”, donde había jaguares, pumas, aves rapaces, coyotes y lobos.

Un vínculo desconocido entre los lobos y los rituales mexicas

Si bien en un primer momento se creyó que se trataba de centenares de huesos de coyotes, un estudio más detallado permitió reconsiderar el punto y comprender que se estaba ante una amplia gama de lobos, de todas las edades, muchos de ellos de la variedad “mexicano” actualmente en vías de extinción.

Desde hace décadas se han encontrado restos cánidos ataviados con joyas y collares de oro, en algunas áreas del Templo Sagrado, pero nunca en tal cantidad, según detalla el diario mexicano El Universal.

Sin embargo la aparición de tantos restos de lobos ha sido “una de las grandes sorpresas” de las excavaciones, en tanto se desconoce el vínculo ritual que la especie tenía para los mexicas. En las fuentes documentales, los códices, aparecen coyotes generalmente pero no había referencias a los lobos. Huehuecoyotl, el coyote viejo, es una deidad transgresora, guerrera y lúdica, dentro de la mitología mexica, pero su vínculo con el lobo resulta de momento de muy difícil interpretación para los arqueólogos.

Animal vinculado a la realiza y el poder, el lobo era símbolo de guerra, y según Fray Diego Durán, los ejércitos indígenas además de los «caballeros águila y tigre», tenían la orden de los «caballeros pardos», los cuales tenían como símbolo distintivo al lobo.
El Códice de la Cruz-Badiano cita que se usaba bilis de lobo como tónico sobre el cuerpo de individuos con agotamiento y que a los moribundos se le punzaba el pecho con un hueso de lobo para ver si reaccionaban.