DERECHOS HUMANOS

Para Human Rights Watch el informe por torturas de la CIA “debe ser el principio y no el final. Hay que seguir investigando”

La directora del organismo de defensa de los Derechos Humanos “Human Rights Watch”, en Washington, afirmó que el informe del Comité de Defensa del Senado “debe ser el principio y no el final”. Sarah Margon instó que “hay que seguir investigando el tema”.

John O. Brennan, director de la CIA / Foto: AFP
John O. Brennan, director de la CIA / Foto: AFP

El informe dado a conocer corresponde a 524 páginas sobre un informe de más de 6.000 páginas que el Senado pactó con los militares para mantener la casi totalidad bajo reserva. De las 524 páginas, solamente 200 refieren a 119 casos de presos, de los que 39 fueron torturados.

La directora de Human Rights Watch (HRW) en la capital estadounidense, entendió que el informe “supone el inicio de un proceso hacia rendición de cuentas”, aunque lo calificó de “retrasado y con correcciones desafortunadas”. Margon, puso especial énfasis en “el hecho de que la CIA pudiera editar el informe tan intensamente indica que son necesarias investigaciones más extensas. Esto debería ser el principio, no el final”, según declaraciones realizadas a el periódico El País.

Remarcó que “como punto de inicio es tremendamente importante” que se haya conocido el informe, pero “estaría bien que EE UU revelara dónde estaban algunos de estos centros para entender mejor el proceso”. Apuntó también que “la Administración Obama se ha mostrado reticente a liderar procesamientos, pero la evidencia es convincente y está bastante claro que la CIA sabía que lo que hacía era ilegal. Pienso en procesos contra altos cargos, pero veamos a qué podía llevar una investigación”, añadió para El País de Madrid.

Además de la tortura hubo constantes mentiras al Gobierno

La CIA obtuvo información mediante torturas que ni fue relevante ni siquiera verdadera en muchos casos. La CIA informaba no obstante que las técnicas eran eficientes y convenció –al menos aparentemente- a la Casa Blanca, el Congreso y el Departamento de Justicia, que mediante esos sistemas estaba evitando atentados terroristas.

Las condiciones de encarcelamiento y los sistemas de tortura fueron mucho más duros y cruentos de lo que se conoce como Técnicas de Interrogatorio Reforzadas, autorizadas expresamente por el ex presidente George W. Bush.

Personal de la CIA llegó a solicitar que se suspendieran la técnicas por demasiado extremas para los presos, pero los altos mandos dijeron que la tortura debía seguir siendo aplicada. La información falsa de la CIA, impidió que el Departamento de Justicia lograra un análisis legal de los interrogatorios, e incluso se logró evitar cualquier supervisión de la Casa Blanca o el Congreso de los métodos de tortura.

La CIA subcontrató hasta en un 85% los programas de tortura en los interrogatorios, para evitar que su propio personal se involucrara directamente. Hasta el momento nadie se ha hecho responsable, ni la CIA inculpó a ninguno de quienes cometieron la serie de atrocidades.

La CIA ha debido admitir además que se espió en las computadoras personales de los investigadores del Senado integrantes de la comisión que ahora presentó el informe, en espionaje que se extendió hasta principios de 2014. El director de la CIA John Brennan había negado previamente al Senado tal espionaje, y cuando fue citado sobre el particular por el Congreso dijo: “Cuando los hechos salgan a la luz, creo que se demostrará que se equivocan las muchas personas que ahora aseguran que hubo casos tremendos de espionaje y vigilancia y pirateo informático”.

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