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Dilma recibe informe de Comisión de la Verdad y militares denuncian “revanchismo”

En el Palacio del Planalto, la presidenta Dilma Rousseff recibe hoy oficialmente el informe sobre las violaciones a los Derechos Humanos cometidas por la dictadura entre 1964 y 1985.

Pedro Dallari, negó que –como dicen los militares- haya certeza que todos los documentos sobre desaparecidos han sido quemados / Foto: AFP
Pedro Dallari, negó que –como dicen los militares- haya certeza que todos los documentos sobre desaparecidos han sido quemados / Foto: AFP

La entrega ha concitado particular interés para la población en tanto desde los medios masivos pertenecientes a la oligarquía y desde esferas militares, se ha lanzado una fortísima campaña para “desmentir” las afirmaciones de torturados y familiares de desaparecidos, a la vez que se habla de “revanchismo” hacia quienes “salvaron a la Patria”.

El trabajo de la Comisión de la Verdad fue cerrado con un último testimonio de peso: Ignacio Lula Da Silva, reveló a los integrantes del cuerpo aspectos de cómo pasó los procesos de detención, interrogatorios y años de cárcel.

Para Dilma Rousseff –también una torturada- se trata de uno de los últimos actos de su primer gobierno que concluye el próximo 31 de diciembre, pero todo anuncia que el informe puede ser la puerta solamente para un paso ambicioso pero decisivo para la próxima administración de la reelecta mandataria. Rosa Cardoso, miembro de la Comisión, adelantó que el documento recomienda a la presidenta, la revisión de la Ley de Amnistía, aprobada bajo el mandato del general Figueiredo.

El silencio cómplice y las voces de las filas uniformadas

El integrante de la Comisión de la Verdad, José Paulo Cavalcanti, dijo que “los militares fueron muy cordiales, pero en lo esencial, su contribución fue cero”. Puntualizó que no lograron que los militares accedieran a escuchar ni uno de los testimonios de los presuntos torturados y que cuando enviaron un cuestionamiento sobre denuncias en la Base Naval de Isla Grande como centro de tortura, los militares enviaron como respuesta una postal de la Isla de las Flores, como también se llama ese enclave turístico.

Por su parte otro comisionado, Pedro Dallari, negó que –como dicen los militares- haya certeza que todos los documentos sobre desaparecidos han sido quemados. “Somos muy escépticos en esa cuestión. Nunca apareció quien hubiera visto, ni siquiera oído hablar de esa destrucción”, dijo en declaraciones que publica globo.com

Aunque los altos mandos de las tres fuerzas han manifestado de manera encubierta y no tanto, su repudio al Informe de la Verdad, el Club Naval ha sido hasta ahora el que más solapadamente se expidió. Denunciando “revanchismo y falta de imparcialidad”, el vicealmirante Paulo Soriano, presidente del club, pidió a la Justicia que se prohíba divulgar el informe.

Por su parte en el Congreso también los amantes del “proceso” tienen representante: el ex militar y diputado (el más votado en Rio de Janeiro) Jair Bolsonaro, quien ha insultado sin dar lugar a dos interpretaciones a congresistas y ministros por igual cuando se refieren al informe que hoy será entregado.

Mientras tanto la prensa que respalda intereses antigubernamentales, ha cedido tanto o más espacio a los ex militares golpistas y a sus laderos, que a los representantes del Gobierno a la hora de explicar las características y alcance de la investigación y el documento que se prepara desde hace dos años.

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