FIN DE UNA ERA

El Centro Simon Wiesenthal da por muerto al último jerarca nazi que aún perseguía

La confirmación del Centro Simon Wiesenthal, que el capitán de las SS Alois Brunner, acusado por deportar 128.000 personas a los campos de exterminio, murió en Siria, cierra una era de búsqueda incesante en el mundo, desde finales de la II Guerra Mundial.

El Centro Wiesenthal mantiene aún en marcha la Operación Última Oportunidad.

Según los datos del Centro, Brunner se instaló en Damasco en los añós 50`, donde llegó a ser asesor del Hafez Al Asad, padre del actual mandatario sirio, y falleció hace unos cuatro años siendo enterrado en Siria. Brunner había sido el principal ejecutor de los planes del jefe SS, Adolf Eichmann, y dirigía el campo de concentración en Drancy (Francia), de donde partían los trenes que llevaban los deportados a los campos de exterminio. Llamado “el ingeniero de la Solución Final” contra los judíos había sido condenado en rebeldía en 1954 por crímenes de guerra por un tribunal militar. En 1987, un tribunal civil lo condenó a cadena perpetua, en rebeldía, por el envío a campos de exterminio de 345 niños, hijos de deportados, de los que 284 fueron exterminados.

Operación Última Oportunidad: una era que se cierra

El Centro Wiesenthal mantiene aún en marcha la Operación Última Oportunidad, en la que busca capturar vivo a alguno de los ejecutores del Holocausto. Entiende que el 99% ya murió, pero la certeza no es absoluta dado que carece de pruebas materiales de los fallecimientos.

Ahora el Centro reconoce que son muchas más las posibilidades de la muerte de Brunner, al que considera ““el más importante criminal nazi que no ha sido procesado y que podría estar todavía vivo, aunque la probabilidad de que haya muerto aumenta cada año, dado que nació en 1912. Fue visto por última vez en 2001”, dice en su último informe anual.

El principal investigador del centro Efraim Zuroff, cree “que es el último gran criminal de guerra, el último jerarca nazi que ha fallecido”, según declaraciones realizadas al diario español El País. “Estaba implicado en la persecución de la comunidad judía en Siria y era un experto en el terror y la tortura. Decía de sí mismo que lamentaba no haber matado más judíos. Nunca se arrepintió”, enfatizó Zuroff.

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