China pone fin a su política del “único hijo”: casi un millón de parejas piden tener el segundo
La Comisión de Planificación Familiar de China, confirmó que hasta el momento superan las 850.000 las parejas que han solicitado autorización para tener un segundo hijo al Gobierno, desde que los cambios que entraron en vigor a fines de febrero último.
Los cambios en la planificación demográfica china, derogando la política del único hijo para todos los ciudadanos vigente desde 1979, fue el principal de los puntos aprobados en ese tema por el Congreso General del Partido Comunista Chino, y que permitió desde marzo del año pasado hubiera solicitudes para evaluar el alcance del proyecto.
El número de pedidos estuvo dentro de las expectativas de los técnicos en demografía, que señalaron como posible empezar a dar las autorizaciones, lo que se hace en Pekín desde el 21 de febrero.
El primer informe oficial al respecto ha sido presentado por la Comisión Municipal de Salud y Planificación Familiar de Pekín, que informó de 21.249 parejas pidiendo la solicitud y 19.363 autorizaciones, según publica la agencia de noticias Xinhua.
Un cambio de fondo que aumentará la población controladamente
La política del hijo único se inició ante el desmesurado crecimiento demográfico que tenía China en los años 60-70 que se acompañaba con la casi absoluta imposibilidad productiva para que el país mantuviera tantas bocas. Sin embargo los resultados de los controles de natalidad, sumado a que China es ya la segunda potencia del mundo en muchos aspectos y la primera en otros, ha hecho que se revisaran las medidas.
El gobierno entiende además que es necesario el equilibrio, ante el claro envejecimiento de la población, producto de mejores condiciones de vida. También se intenta evitar el descenso de la mano de obra nacional.
La mayoría de las provincias chinas, han distendido los controles oficiales en la materia, incluso en Henan, la más poblada de las localidades del país. En esa línea todas ya permiten que las parejas tengan un segundo hijo, en caso que uno de los cónyuges sea hijo único, algo que hasta fecha reciente era solo posible cuando los dos esposos eran hijos únicos.
El mayor problema demográfico chino ahora, es que la política del hijo único hizo que –especialmente en las zonas rurales- proliferaran los abortos provocados, cuando se sabía de antemano que era una niña la que nacería, en tanto existía un fuerte acento tradicional por los varones, lo que causó una brecha de 118 varones por cada 100 niñas nacidos.
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