The New York Times pide a Obama canje de prisioneros entre Cuba y EE.UU.

Gross está al borde de cumplir cinco años en una prisión cubana, mientras que los acusados por terrorismo en Estados Unidos, hace 16 años que están encarcelados.

El matutino de fuerte influencia en EE.UU. editorializa que si bien mantiene su línea de oposición a cualquier tipo de acuerdo con terroristas, entiende que el caso de Gross es absolutamente distinto “ya que se ha convertido en el principal obstáculo para que se logre un avance diplomático” entre La Habana y Washington.

Para el diario, la Casa Blanca desplegó una “estrategia irresponsable” al permitir que una agencia de ayuda internacional estadounidense enviara “contratistas privados para realizar misiones secretas en un estado policial que está rotundamente opuesto a la agenda pro-democrática de Washington”.

El periódico recuerda que el hombre, tiene 65 años, y ha dicho que éste sería su último año en la cárcel, y que parece “dispuesto a quitarse la vida si no recobra la libertad”, alertando que si Gross muere en la cárcel las posibilidades de restablecer el diálogo entre los dos países, quedará suspendido por tiempo indeterminado.

La Habana difiere en la visión sobre la actuación de los cubanos

Los medios de prensa cubanos, que defienden desde hace más de 15 años la liberación de los “antiterroristas injustamente encarcelados” Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Ramón Labañino, ha coincidido no obstante en la necesidad de mantener negociaciones.

Ponen especial énfasis en el editorial norteamericano donde se reconoce que hubo “incongruencias en el proceso legal contra los cinco cubanos arrestados en Estados Unidos el 12 de septiembre de 1998, condenados a largas e injustas penas de cárcel, que son conocidos internacionalmente como Los Cinco, dos de ellos ya en Cuba después de extinguir sus condenas”.

Recuerdan además que la jueza Phyllis Kravitch, “argumentó que la acusación de conspiración para cometer asesinato imputada contra Gerardo Hernández no tenía fundamentos, y a quien los fiscales vinculan con la interrupción del vuelo de dos aeronaves piratas procedentes de Miami que violaron el espacio aéreo cubano en 1996”, según publica Prensa Latina.