ELECCIONES EN EE.UU

“Obama es el deporter in chief” denuncian latinos indocumentados jóvenes en EE.UU. apuntando a los demócratas

Aunque no votan se movilizan mucho más que la mayoría de los colectivos de cara a las elecciones legislativas en Estados Unidos. El cierre del encuentro de “United We Dream” (Soñamos Unidos), la más grande de las colectividades jóvenes de latinos indocumentados en EE.UU., se convierte en referente para la prensa: sus reclamos a voz en cuello a los republicanos y los demócratas, en plena campaña electoral, convocan a las cámaras, ávidas de algo más que los discursos convencionales y los aplausos y coreos de rigor.

“Obama es el deporter in chief” denuncian latinos indocumentados jóvenes en EE.UU. apuntando a los demócratas.

El voto latino no será trascendente en las legislativas del martes próximo, y los candidatos parecen haberse olvidado de los 50 millones de latinos, de los cuales los jóvenes conforman más de la mitad: los republicanos son opuestos a las leyes de apertura de legalizaciones y los demócratas no logran acomodar la realidad de un Obama con la mayor cantidad de deportaciones en la historia, al discurso conciliador del mandatario.

“Si los políticos nos han olvidado, nosotros no les vamos a olvidar”, asegura Cristina Jiménez, la ecuatoriana que a sus treinta años, lidera el movimiento juvenil que busca consolidar su sueño de documentación legal.

Los “dreamers” están apuntando a tres líneas: una movilización latina a las urnas, donde en general han sido absolutamente omisos, con un 6% del total de sufragantes efectivos sobre el total. Para este año pueden votar más de 25 millones pero tampoco se espera una afluencia más destacable. En las pasadas elecciones hicieron campaña en Maryland, Florida y Texas, pero esta vez por falta de fondos solamente lograron seguir haciéndolo en Texas. “En las anteriores logramos un incremento del voto del 36% en determinados distritos. Descubrimos que cuando los dreamers compartimos nuestras historias, puerta por puerta, la gente quiere ir a votar. Este año sólo hemos podido hacerlo en Texas” añade Jimenez, reconociendo que sin dinero todo se les ha hecho difícil.

El triunfo momentáneo ante las cámaras de televisión.

Sin embargo los jóvenes latinos han logrado apariciones relevantes en televisión en Estados donde eran desconocidos. En Iowa y Carolina del Norte, cuando se presentó Hillary Clinton, la líder demócrata del momento, practicaron escenas de presión como plantearle a gritos que opina de las madres siendo deportadas cada día. Otros le recordaron que responde al partido del “deporter in chief” como le llaman al presidente Obama que lidera la cantidad de deportados en toda la historia americana. Las promesas del presidente a los latinos, que vieron en un presidente no caucásico un igual y alentaron su voto, quedaron por el camino y su leyes migratorias siguen encajonadas.

Hillary ha respondido que votando a los demócratas es la única chance para una regularización, ya que los republicanos “no lo harán jamás”. Si bien la respuesta es válida, los jóvenes latinos siguen ejerciendo presión pública y ganando foco. Saben que este año nada ocurrirá, pero las elecciones presidenciales de 2016 les alientan a suponer que Obama se verá forzado a firmar alguna acción ejecutiva, si quiere contar con el voto de las familias legalizadas de los indocumentados. “Obama tiene una oportunidad excelente para rectificar la gran decepción que supuso retrasar la orden ejecutiva sobre deportaciones (…) Aunque el voto latino no sea importante ahora, los políticos deben tener en cuenta que la comunidad hispana no olvidará en 2016 lo que digan ahora”, asegura Kate Brick, experta en migración del American Society/ Council of the Americas, en declaraciones que publica el diario El País, de Madrid.

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