PAPALES

Francisco sube a los altares a Pablo VI pero no logra salvar del infierno a los divorciados

El papa Francisco proclamó “beato” este domingo al papa Pablo VI, pero al cerrar el sínodo de la Familia, no ha logrado convencer a los prelados tradicionalistas que los divorciados, los gays y los casados por segunda vez, sean salvados de la condena eterna.

«La Iglesia es llamada con premura a hacerse cargo de las heridas abiertas y a devolver la esperanza a tantas personas que la han perdido”/ Foto: AFP

Con una misa en la Plaza de San Pedro, Francisco beatificó al italiano Giovanni Mortini, en una ceremonia donde también quedó clausurado el sínodo “de la Familia” un simposio de consulta que precisamente instituyó el papa que antecedió a Juan Pablo II.

“Pablo VI, en el momento en que estaba surgiendo una sociedad secularizada y hostil, supo conducir con sabiduría y con visión de futuro, y quizás en solitario, el timón de la barca de Pedro sin perder nunca la alegría y la fe en el Señor”, dijo Francisco a quien evocó como “el gran timonel del Concilio Vaticano II”.

Considerado por muchos el primer “papa viajero”, Pablo VI fue autor de la encíclica de la “Humana Vitae”, donde se estableció la postura sobre el aborto y los anticonceptivos, que casi sin cambios se mantiene hasta hoy en El Vaticano.

El cierre de un simposio donde Francisco no llevó las de ganar

Pese a que la infalibilidad del papa no está en cuestión por obispos ni cardenales, todo indica que al menos las intenciones de Francisco para recibir nuevamente a gays, divorciados y otros pecadores contra las normas matrimoniales, deberán merecer mayor reflexión. En las conclusiones del simposio, primó la decisión de las ramas más ortodoxas, que no quieren cambios con respecto a las conductas de divorciados y gays, lesbianas o bisexuales.

Al cerrar el sínodo el papa dijo no obstante que “la Iglesia es llamada con premura a hacerse cargo de las heridas abiertas y a devolver la esperanza a tantas personas que la han perdido”, sin dejar de apuntar al “espíritu constructivo con que todos han colaborado” durante el simposio.

Aunque el documento aprobado por los “padres sinodales” (los obispos que tienen derecho al voto) y que serán base del Sínodo Ordinario de Obispos, en octubre de año que viene, representa un freno en las modificaciones que buscaba Francisco, el papa tampoco los dejó fuera del todo y pidió que todos los puntos fueran publicados.

El más controvertido sigue siendo el “punto 52”, que apunta a la posibilidad que los divorciados y vueltos a casar reciban sacramentos, que ha tenido los más duros cuestionamientos pero que salió aprobado aunque ello no implica su aceptación definitiva.

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