EN TOLUCA

México captura al líder máximo de Guerreros Unidos pero los 43 estudiantes no aparecen

Sidronio Casarrubias Salgado, sindicado como el “líder máximo” del grupo Guerreros Unidos, fue detenido por la policía mexicana en Toluca, pero los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, el mes pasado, siguen sin aparecer.

Los interrogatorios permitirán “una línea de investigación hacia la verdad”, de lo ocurrido con los estudiantes desaparecidos.

Sidronio, es hermano de Mario Casarrubias Salgado, el fundador de la banda que se dedica al secuestro, extorsión, asesinato por encargo y robos en general, en distintos estados mexicanos, y que además está vinculada a las esferas del poder estadual, municipal, e infiltradas en las filas policiales. Mario, había sido detenido también en Toluca, a unos 70 quilómetros de la capital mexicana, el 30 de abril de este año.

Al confirmar la detención del capo, el titular de la Procuraduría General de la República, Jesús Murillo Karam, dijo que los interrogatorios permitirán “una línea de investigación hacia la verdad”, de lo ocurrido con los estudiantes desaparecidos. La captura de Sidronio ser produce tres días después de la muerte de Benjamín Mondragón “Benjamón”, otro capo del grupo delictivo que según las autoridades se suicidó para no caer en manos de la policía. Sin embargo el alcalde de Iguala y su esposa, acusados como responsables de dar la orden de ejecución contra los estudiantes, siguen prófugos.

Sacerdote activista político dice que “están todos muertos”

“A la fecha he tenido varios encuentros con testigos, algunos testigos presenciales, que sufrieron el primero y segundo ataque, estudiantes, pero hay otras fuentes, que no son estudiantes, que nos hablan de otro momento. Hablan de que aún estando algunos vivos, heridos, pero vivos, fueron quemados”, afirmó el sacerdote y activista social Alejandro Solalinde Guerra, quien dijo que no existe la tecnología suficiente para determinar si están o no, incinerados, en algunas de las fosas clandestinas de Iguala.

“Si están en las fosas, el equipo argentino de antropología forense no tiene la tecnología para saberlo, ellos pueden trabajar en condiciones normales, pero no imposibles con restos calcinados. No hay esperanzas de que estén vivos”, sentenció el sacerdote que acusó a los políticos y al gobierno de estar haciendo un manejo “de rapiña electorera” de la cuestión. “¿Qué es menos penoso para el sistema?, ¿decir que están calcinados con todo lo que implicaría eso?, o decir que están desaparecidos y que no saben lo que les pasó? Es menos impactante decir lo segundo, y además menos comprometedor, pero es más doloroso para los familiares tenerlos con la esperanza. El gobierno sabe muchas cosas, y si está reteniendo la verdad es su responsabilidad, hay que decirlo, este manejo ya se contaminó y su manejo no es de justicia, es político”, concluyó.

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