Roto el diálogo en Hong Kong, estudiantes y prochinos lucharán por las calles

Si bien las fuerzas de seguridad del gobierno se han mantenido relativamente al margen, sin ejercer toda su capacidad represiva contra los manifestantes, la aparición de un tercer protagonista –manifestantes pro-chinos en contra de los sublevados- que ya han chocado con los estudiantes, podría ahondar la belicidad del problema.

Carrie Lam, número dos del gobierno local, ha ratificado la suspensión de todas las negociaciones -previstas para este viernes- argumentando que los estudiantes seguían convocando movilizaciones, pese a que la pacificación era una de las condiciones para la mesa de diálogo. «El llamamiento de los estudiantes a la expansión de una campaña de desobediencia ha socavado la confianza que es la base de nuestras negociaciones y ha hecho imposible mantener una conversación significativa”, dijo en rueda de prensa.

Pekín parece atender sin participar directamente

Los estudiantes han dicho que simplemente están llamando a la gente a salir a la calle, porque ven que el número de participantes de los bloqueos en las avenidas decae, lo que va directamente contra el resultado final. «Solamente una gran masa de gente puede obligar al Gobierno a echarse un poco atrás. Así que los ciudadanos deben volver a tomar las calles», convocaron desde la cúpula de la Federación de Estudiantes de Hong Kong, una de las tres organizaciones que da respaldo al movimiento.

Los rebeldes señalan que en las negociaciones preliminares jamás se habló de suspender las convocatorias, aunque reconocen que se adscribió que las conversaciones se suspenderían en caso de incidentes violentos.

Algunos observadores afirman que Pekín ha decidido bloquear cualquier negociación para mantener su postura que todo aspirante a ser jefe del Ejecutivo en Hong Kong, debe pasar antes por la aprobación del Partido Comunista chino.

Tras el anuncio de la suspensión de la mesa de diálogo, ya en la madrugada del viernes, miles de personas concurrían a sentarse alrededor del Gobierno local, bloqueando los accesos, según informa el diario South China Morning Post.