REBELIÓN

Nueva York rechaza detener indocumentados y desafía políticas migratorias

El Ayuntamiento de Nueva York se niega a detener indocumentados a pedido del Servicio de Inmigración y Aduanas, rechazado las políticas migratorias emitidas por Washington.

Bill de Blasio, alcalde neoyorquino/ Foto: AFP

Los inmigrantes indocumentados no serán detenidos por los policías, salvo que haya sobre los mismos una orden de arresto de un juez federal, inculpándolo por delitos concretos. También continuarán deteniendo a quienes estén en la lista de presuntos terroristas o hayan sido condenados por delitos graves en los pasados cinco años.

Sin embargo la decisión de desafiar las políticas contra los migrantes que aprobó Washington, se cumplirá basada en que se están vulnerando los derechos civiles de miles de personas que viven en Estados Unidos desde hace años, están pagando impuestos y haciendo crecer a sus familias y al país en su conjunto.

La primera medida en beneficio de los indocumentados, será que no se los mantendrá detenidos en la prisión de Rikers Island, la segunda en tamaño del país, y sobre la que pesan denuncias de todo tipo por violación a los derechos humanos, según el informe publicado por The New York Times.

El Consejo Municial de NY dispuesto a aprobar la norma

El alcalde demócrata neoyorquino, Bill de Blasio, adelantó que apoya la reforma que será puesta a disposición de Consejo Municipal (Council), lo que significa el mayor respaldo para la reforma legislativa que pone fin al vínculo entre la policía local y las autoridades federales que tienen por cometido deportar ilegales.

El «centro para extranjeros» en la prisión Rikers Island, será cerrado y sus funcionarios redistribuidos.
La norma sin embargo es un desafío al Programa de Comunidades Seguras, que impulsa el Departamento de Seguridad, desde Washington, y que habilita a todo policía a retener inmigrantes indocumentados hasta que los federales dispongan la deportación.

El programa está vigente desde 2008, y hasta este año casi un millón de personas detenidas en Nueva York vieron tramitar sus deportaciones por esa vía.

Además de Nueva York, otras ciudades como Los Ángeles, Newark, Filadelfia y Chicago, se han sumado a la rebelión que favorece a los inmigrantes, mientras ni la Casa Blanca ni el Congreso, asumen la necesidad de abordar el tema que involucra a 11 millones de indocumentados en todo el país.

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