Francisco fustiga al capital financiero mundial y es nominado al Nobel de la Paz

Francisco insistió en el respeto al «derecho fundamental del trabajo», al que catalogó como «bien fundamental para la dignidad de las personas, para la formación de una familia y la realización del bien común y de la paz», durante una audiencia que brindó a la asamblea del consejo pontificio Justicia y Paz.

«La instrucción y el trabajo, el acceso al bienestar social para todos, son elementos claves para el desarrollo, para la justa distribución de los bienes y para alcanzar la justicia social», puntualizó el pontífice.

De la globalización y el actual sistema económico del mundo

Si bien el papa dijo que la globalización presenta aspectos positivos, recordó que la riqueza «acumulada», ha aumentado «notablemente» solo en algunos Estados «y se ha agravado la diferencia entre varios grupos sociales creando desigualdad y nueva pobreza también en los países considerados más ricos».

En ese punto añadió que subsiste «la explotación del desequilibrio internacional en el coste del trabajo, que pesa sobre miles de millones de personas que viven con menos de dos dólares diarios«.

El papa fue también contra la «creciente ideología consumista», frente a la que pidió «mecanismos de tutela del trabajo y del medio ambiente», y remarcó la necesidad de inclusión social a través de «educación, asistencia sanitaria y empleo».

En una parte de su mensaje el papa señaló que el actual «desequilibrio entre los sectores económicos» hace cada vez más necesarias «reformas profundas que prevean la redistribución de la riqueza producida y la universalización del mercado al servicio de las familias».

El papa ingresó el jueves a la lista «secreta» -récord este años- de los 278 nominados para el Premio Nobel de la Paz que se entregará el 10 de octubre, aunque para muchos su controvertida personalidad, ante muchos de los dirigentes más ortodoxos, hará que el premio vaya a manos menos comprometedoras.