Presidenta denuncia «provocación» de EE.UU. para «voltear al Gobierno»

Cristina denunció como «una provocación» lo decidido por Washington y emitido por la embajada en Buenos Aires. «Lo que quieren es voltear al Gobierno«, afirmó, al tiempo de calificar como «un disparate» la decisión del juez Griesa, en Nueva York, de fallar como «desacato» el no atender las exigencias de los fondos buitre.

«Lo que quieren es tirar abajo la exitosa reestructuración de la deuda», dijo Cristina, al tiempo de recordar que se habían depositado en tiempo y forma los 161 millones de dólares correspondientes al último vencimiento «destinados al cien por ciento de los acreedores».

La presidenta dijo además -ante denuncias de amenazas a su persona por el Estado Islámico- que en caso que algo le ocurra «no miren a Oriente, miren hacia el norte».

Una «inmensa provocación en la que no voy a caer»

La embajada de EE.UU. en Buenos Aires, tras el fallo de Griesa, alertó a sus ciudadanos a evitar o cuidarse durante sus visitas a la Argentina en tanto existe alto riesgo en sus calles.

«Es una inmensa provocación en la que no voy a caer», dijo Cristina, entendiendo que EE.UU. pretende que expulse del país al encargado de negocios (que ocupa actualmente el lugar del embajador) Kevin Sullivan, que días atrás afirmó públicamente como «importante que el país saliera del default lo antes posible». Cristina enfatizó que «no vamos a echar a nadie del país. Ya lo conocemos ya sabemos quien es. Y cuando uno los conoce hay que dejarlos. Es lo que les recomiendo a todos los que sean gobierno«, dijo sin mencionarlo.

En ese contexto, el secuestro exprés protagonizado en la mañana del miércoles por un ciudadano estadounidense, cayó como una bomba en el debate ciudadano.

David Paul Robertson, de 52 años, presidente de la Misión Oeste de la iglesia de los mormones, en Buenos Aires, fue interceptado por desconocidos cuando circulaba en su camioneta en cercanías de la Av. General Paz los que con armas de fuego, se lo llevaron.

Despojado de dinero y de una computadora, fue liberado poco después en el barrio de Liniers, donde fue socorrido por un automovilista que lo ayudó a llegar a su domicilio.

Funcionarios de Seguridad de la embajada de EE.UU. se apersonaron en el lugar del secuestro, para analizar los detalles.