EE.UU. estrena nuevas armas en despliegue cinematográfico para acabar con bases del Estado Islámico

Además de estrenar su nuevo cazabombardero “invisible” el F-22 Raptor, la última generación de aviones que tiene ahora la Fuerza Aérea norteamericana, los atacantes usaron cazabombarderos de varios tipos, bombarderos y drones, todos en operaciones desde el Mar Rojo y el Golfo.

También se dispararon 47 misiles Tomahawk, según los militares. Los ataques acabaron con perímetros de entrenamiento, centros de comando, algunas bases tácticas, depósitos en incluso vehículos artillados, en las regiones de Raqqa, donde está la cúpula directriz del EI, además de Deir Ezzor y Hassaka (al noreste) y Bukamal (al norte).

Algunos medios de prensa en Siria, han afirmado en tanto que los dirigentes a los que se pretendía liquidar, ya se habían retirado del área de riesgo días atrás.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, dijo que en los ataques murieron 70 militantes del EI, unos 50 de Al Qaeda y hubo unos 300 heridos.

EE.UU. seguirá en Siria: “Llevará tiempo” dice Obama

El presidente estadounidense dijo que la campaña militar en territorio sirio seguirá como hasta ahora, y agradeció el apoyo de países árabes en la coalición internacional, “porque llevará tiempo y habrá desafíos” a enfrentar, aseguró.

“A comienzos de mes les informé de nuestra estrategia: Estados Unidos actuará en territorio de Irak y Siria para que estos terroristas no puedan encontrar refugio (…) Vamos a hacer lo necesario para acabar con este grupo terrorista”, dijo Obama que resaltó estar “orgulloso” de actuar con sus aliados árabes.

Baréin, Jordania, Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, han asistido a los estadounidenses para esta instancia, lo que “demuestra al mundo que esta no es una pelea únicamente de Estados Unidos”, añadió Obama. “Seguiremos adelante con nuestros planes, con el apoyo bipartidista del Congreso para armar y entrenar a la oposición moderada de Siria”, agregó el mandatario.

Los opositores moderados a los que refiere, son unos 5.000 milicianos sirios, que al igual que el EI, tienen por objetivo primario derrocar al régimen de Bachar al Asad, que está en la mira de Washington de tiempo atrás.