EXPANSIÓN

Washington: de los 50.000 combatientes del Estado Islámico 12.000 son extranjeros

La banda terrorista Estado Islámico (EI), pasó a ser la mayor amenaza para EE.UU. según la Casa Blanca, preocupada porque cada vez más combatientes son europeos y americanos.

El EI es de los grupos mejor armados, entrenados y financiados que se conozcan en más de un siglo/ Foto: AFP

El EI protagoniza la mayor ofensiva expansiva en el menor tiempo, de las últimas décadas en el mundo, y se ha convertido en la mayor amenaza para Estados Unidos, no solamente por su potencial demostrado, sino por sus violentos métodos que aterrorizan a Occidente.

Aunque sin cifras ciertas los informes de la Casa Blanca, estiman primariamente en unos 50.000 los hombres que lucha para el EI, de los cuales unos 12.000 serían extranjeros que provienen de una cincuentena de países. Los peor del caso es el creciente número de enrolados detectados en Europa y Estados Unidos, además de aquellos que ya están en las zonas de combate y no han sido rastreados todavía.

Fuentes de la Secretaría de Defensa en Washington han reconocido que “nunca antes han visto”, algo como el EI, que tiene una de las mayores financiaciones jamás vistas, ideología concreta, táctica y estrategia militar, todo lo que confluye en uno de los grupos mejor armados, entrenados y financiados que se conozcan en más de un siglo.

Europa está más preocupada que nunca hasta ahora

Mientras tanto los yihadistas inciden cada vez más en la vida de las ciudades europeas. España viene de desmantelar un entramado que enviaba ciudadanos españoles y marroquíes al EI, entre los que han sido detenidos varios terroristas. Madrid es el “epicentro del reclutamiento” europeo, según el diario ABC de España.

Mientras tanto en Holanda, el barrio de Schilderswijk, se ha convertido en un bastión islámico de tal peso que los vecinos reclaman se hagan cumplir las leyes holandesas, ya que la sharía, es la dominante local. Bruselas vive otro tanto en Scharebeek, desde donde los grupos integristas tienen control de puntos de la capital belga donde la policía ya casi no entra. Paris, Lille y Marsella son las ciudades con peores problemas y los islámicos negocian la segregación a su favor, a cambio de paz social.

En Dinamarca, los partidos de la derecha están creciendo a expensas del costo social que los islámicos están generando a una sociedad no dispuesta a dejar caer sus libertades democráticas en la vida diaria.

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