Missouri moviliza la Guardia Nacional contra manifestantes enfrentados a policías

Jay Nixon, gobernador de Missouri, había decretado el toque de queda para el fin de semana, pero ello no hizo más que exacerbar los ánimos, particularmente en la localidad de Ferguson, en las afueras de Saint Louis, donde la violencia se convirtió en diaria.

Los manifestantes reclaman por la muerte del joven Michael Brown, cuya autopsia además determinó en las últimas horas que recibió seis disparos a media distancia, dos de ellos en la cabeza.

Brown, que estaba por ingresar a la Universidad, fue detenido por un policía ahora identificado que había dicho en primera instancia que el jóven se resistió al arresto y hubo un forcejeo donde un tiro mató a Brown. La Policía había defendido la postura del patrullero cuya coartada ahora se derrumba.

La tensión racial en uno de sus peores momentos

Los familiares y amigos de Brown, están pidiendo a los manifestantes que calmen sus ánimos para devolver la paz a la zona después de varias noches de duros enfrentamientos. Los padres del joven, acompañados por centenares de personas, fueron a la iglesia Greater Grace Church, donde el reverendo afroamericano Al Sharpton, dijo que la muerte de Michael “es un momento de inflexión sobre el trato policial en los Estados Unidos”.

Reclamó no obstante tener en cuenta lo que ha ocurrido “en las urnas” y pensar que “el caso de Michael Brown va a cambiar la ciudad”.

Ferguson tiene 21.000 habitantes, de los cuales las dos terceras partes son negros, pero los puestos de primera línea en política y policía están en manos de los blancos. En las últimas horas no obstante fue cambiado el Jefe de Policía y le dieron el cargo a un afrodescendiente.