25 de mayo día de África

El 25 de mayo, se estableció como el día de África, desde 1963 año en el que se funda en Etiopia la organización de la unidad africana (OUA), la cual posteriormente en el año 2002 hasta la actualidad pasaría a llamarse Unión Africana (UA) en conmemoración de la resistencia ejercida por parte de los pueblos africanos sobre el dominio arbitrario del colonialismo europeo.

La fundación de dicho ente estuvo impulsada por reconocidos líderes africanos entre ellos el emperador Haile Selassie I, Kwame Nkrumah y Gamal Abdel Nasser, y que surgiría como garante de la continuidad de soberanía, legitimidad, independencia y unidad de los pueblos africanos tras la promulgación de independencia de 17 de los países de la región.

Proceso iniciado con Ghana, el cual sería el primer pueblo africano en alcanzar su libertad en 1957 y el Congo que lograría su independencia en 1960 tras 75 años de gobierno Belga, no obstante, no sería hasta 1975 que se independizarían las restantes colonias.

Independencia que se generó como una explosión social en un continente históricamente oprimido, el pueblo se rehúsa a mantenerse sumiso a la arbitrariedad de las colonias inglesas, francesas, españolas y portuguesas, implantadas desde el siglo XV con el inicio del tráfico negrero. Colonización que se apoyo en la ideología del desprecio al hombre negro lo cual pretendió justificar la expropiación de sus tierras y la esclavización en su territorio, deshumanizando la africanidad como mecanismo de legitimación de una opresión histórica.

Es de acuerdo a ello que la Unión Africana, se erigiría como el motor de desarrollo de una serie de instituciones, políticas e instrumentos orientados a mantener y consolidar la paz, los derechos humanos y la administración de asuntos públicos en el continente recién liberado y que tras una historia de opresión se le dificultó el ejercicio de un autogobierno de acuerdo a sus criterios y necesidades los cuales fueron impelidos y orientados por los países colonizadores a una continuidad de la dinámica de apropiación, explotación y control impuesta.

Sin embargo, la constitución de esta organización y su posterior  transmutación en la UA, intentó inspirarse o emular la forma organizativa de la Unión Europea (UE), es decir, intentó emular a su mayor e histórico opresor, hecho que puede ser reconocido como uno de los errores más significativos de la organización, lo cual se haría manifiesto en la cumbre anual de la UA de 2004 en la cual se decidió que los idiomas oficiales de este bloque de 53 países serían el árabe, el francés, el inglés, el español, el portugués, y el suajili.

Así mismo, es posible afirmar que en el continente africano si bien se logró una independencia política, África sufre aún las secuelas del colonialismo incluso después del desenlace de su dominio institucional en el continente. Este colonialismo sería descrito por el académico nigeriano A.O. Ikelegbe, como el hacha que desarraigo la tradición africana, dejando a la población a la deriva, con escasas posibilidades de extraer experiencia del pasado.

El sistema colonial arbitrariamente impuesto desarticuló al territorio africano, si bien no erradicó su cultura por completo, dividió a la sociedad entre dos sistemas de valores antagónicos e irreconciliables que interactuaban en la misma sociedad, por un lado las comunidades autóctonas de la región, por otra aquellas influidas, modificadas y subordinadas mediante las estructuras sociopolíticas coloniales.

Aunado a ello, posterior a la Guerra Fría se definió el continente africano como área de influencia en una distribución arbitraria de su territorio, política que se caracterizó por ignorar y desplazar las necesidades de dichos pueblos, su negación a una participación política directa y la promoción de conflictos armados “guerras proxy” que beneficiaran los intereses políticos económicos de las potencias, consolidando en el continente lo que se ha conocido como la eterna colonización.

Tras los procesos independentistas en África se mantiene la presencia de los países colonizadores, a nivel económico, militar, educativo, prevaleciendo en el continente una crisis de liderazgo y gobernabilidad, por lo cual la independencia africana se presenta como ficticia, puesto que si bien no se encuentra sujeta a los poderes políticos europeos, continúa bajo el yugo opresor del colonialismo y el imperialismo mediante la explotación de sus recursos, la pobreza, la guerra, la prostitución, las enfermedades, el racismo, el tráfico de armas, y la transculturización.

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