La lobotomía a Eva Perón en Argentina es publicada por The New York Times

El tema que había sido tratado como versión sin confirmar desde que ocurriera la intervención en 1952, es ahora confirmado por un estudio de radiografías que se publicó en la revista especializada World Neurosurgery y que concluyó con otro artículo sobre el tema en The New York Times.

La operación, que nunca había podido ser confirmada durante medio siglo, tuvo en su momento características muy dramáticas, según algunos especialistas, ya que en la época era lo más adelantado para tratar dolores severísimos y también afecciones siquiátricas.

La operación se llevó a cabo en Buenos Aires, y estuvo a cargo del neurocirujano James L. Poppen, que era famoso por haber operado a John F. Kennedy de una hernia en 1943.

Poppen falleció en 1978, pero fuentes de su entorno confirmaron la hipótesis que la operación se hizo entre mayo y junio de 1952, poco antes del fallecimiento de Evita ocurrido el 26 de julio de ese año.

Un argentino radicado en EE.UU. da la clave

El doctor Daniel Nijensohn, neurocirujano argentino radicado en EE.UU. y docente en la Universidad de Yale, dio la clave de lo ocurrido en declaraciones que publica el diario La Nación de Buenos Aires.

“Nuestra investigación comenzó en 2005, cuando el cirujano húngaro George Udvarhelyi, que vivió en la Argentina entre 1948 y 1953, declaró al diario Baltimore Sun que había participado de una lobotomía que se le realizó a Eva. La investigación reveló que sus declaraciones eran correctas (…) No sabemos la fecha exacta, pero sospechamos que para su última aparición pública, cuando Perón asumió su segunda presidencia, ya había sido operada”.

Añadió que la radiografía original sobre la lobotomía “desapareció” pero que estudiando un documental dieron con la pista. “En ´Evita: una tumba sin paz´ (1997), del cineasta Tristán Bauer (actual presidente de Radio y Televisión Argentina); allí se pueden ver dos radiografías de cráneo colgadas de un negatoscopio. Congelamos mediante computadora el frame en que se ven las radiografías, y en una de ellas se pueden observar dos imágenes radiolúcidas circulares a nivel de la sutura coronal, compatibles con los agujeros de trepanación del cráneo que se realizan en una lobotomía prefrontal para introducir el instrumental en el lóbulo frontal”, concluyó.