ISLAMISTAS

11-M: emoción en España diez años después de los atentados terroristas más mortíferos de su historia

Eran casi las 07H40 de la mañana del 11 de marzo de 2004 cuando diez bombas estallaron en cuatro trenes abarrotados en Madrid causando 191 muertos: una década después, España conmemoraba este martes estos atentados islamistas, los más mortíferos de su historia.

Las bombas estallaron casi simultáneamente en cuatro trenes de cercanías, en plena hora pico.

Una misa solemne en la catedral madrileña de La Almudena, con la presencia del rey Juan Carlos, la reina Sofía, la princesa Letizia y la infanta Elena, además de representantes del gobierno central y regional dio inicio a los actos de recuerdo de una tragedia que conmocionó al país.

«Diez años después de aquel amanecer madrileño sumido en el horror y el dolor» por unos atentados terroristas «sin precedentes en la historia» de España, en palabras del cardenal-arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, la catedral acogió a un millar de personas, entre ellas víctimas y personal de emergencia movilizado aquel día.

Las bombas estallaron casi simultáneamente en cuatro trenes de cercanías, en plena hora punta en las estaciones de Santa Eugenia, El Pozo, en la entrada de la estación de Atocha y el último en esta misma estación, en pleno centro de la capital.

«Allí a la izquierda fue uno de los trenes», recordaba este martes Evaristo Ruiz, de 47 años, un vecino de Atocha.

«Mi mujer oyó una explosión. Cuando me levanté, abrí la ventana y ví a la gente andando por las vías del tren. Pero iban andando como si fueran automátas. Iban como zombies», relata.

«Y aquí al cabo de un rato se montó un hospital de campaña. Toda esta calle eran tiendas de asistencia», dice mostrando el lugar, cerca del cual algunas personas colocaron flores sobre la reja que separa la calle de la vía del tren.

Pese a los diez años transcurridos a Evaristo le parece que fue ayer: «Yo perdí un compañero de colegio y la hermana de una amiga mía. Estuvimos todo el día buscándola por los hospitales, porque ella sabía que iba en este tren», explica.

En todo el país, la conmoción fue inmensa. Más de once millones de personas, una cuarta parte de la población, salieron a la calle el día siguiente para manifestarse contra el terrorismo.

Amenaza terrorista «alta»

Diez años más tarde, cientos de los 1.900 heridos en los atentados siguen traumatizadas por el recuerdo.

El lunes, en el Teatro Real de Madrid, 365 víctimas fueron condecoradas en una solemne ceremonia.

«El día 11 de marzo de 2004, me mataron y volví a nacer», narraba Jesús Olmos Guerrero, de 58 años, que tras el atentado entró en coma durante un mes y apenas recuerda nada de la masacre.

Aunque la misma noche del ataque un grupo afín a Al Qaida reivindicó la acción, el gobierno conservador de José María Aznar acusó desde un primer momento a ETA.

La obstinación del ejecutivo en apuntar a la organización armada independentista vasca contribuyó a la derrota del Partido Popular de Aznar, con Mariano Rajoy de candidato, en las legislativas del 14 de marzo que llevaron al poder contra pronóstico al socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

Una de las primeras medidas del nuevo jefe de gobierno fue ordenar la retirada de las tropas españolas de Irak, distanciándose de su predecesor, uno de los principales partidarios de esa operación militar.

En estos diez años, los servicios de seguridad españoles multiplicaron sus operaciones para desmantelar células islamistas y detuvieron a 472 yihadistas.

Pero las autoridades alertan que todavía existe un «riesgo probable» de atentados en el país y, según el ministro, la amenaza terrorista permanece «alta».

«Es evidente que España forma parte de los objetivos estratégicos de la yihad global. No somos los únicos, evidentemente, pero sí que por supuesto estamos en el punto de mira», advirtió el lunes el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz.

Tras un largo proceso judicial y apelaciones en el Tribunal Supremo, 18 personas fueron condenadas por el 11-M, con dos penas récord de casi 43.000 años de cárcel.

Sin embargo, rodeados por la policía el 3 de abril de 2004, los considerados siete principales autores del ataque se hicieron estallar con explosivos, en un apartamento de Leganés, en las afueras de Madrid. AFP

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