MEDIEVAL

Bulgaria: Hallan restos de “hombre-vampiro” con hierro clavado en el corazón

Arqueólogos búlgaros confirmaron el descubrimiento de un esqueleto masculino, que data de entre los siglos XIII y XIV, con la punta de un arado de hierro clavado en donde tenía el corazón, para –según la tradición de la época- evitar que se convirtiera en vampiro y atacara buscando sangre a los vecinos.

Restos encontrados en Bulgaria / AFP

Se trata del segundo hallazgo de similares características en la región, después que en junio de 2012, en la ciudad de Sozopol, a orillas del Mar Negro, apareciera el esqueleto de un hombre que vivió en el siglo VIII o IX y que tenía un hierro clavado en el corazón, lo que causó un gran revuelo en toda esta zona de los Balcanes, de donde existen incontables historias referidas a los vampiros humanos.

El hallazgo fue ratificado por Nikolay Ovcharov, jefe del equipo arqueológico que desde hace años trabaja en el relevamiento de un antiguo complejo urbano situado en Perperikov, en el sur de Bulgaria.

Enterrado con lo necesario para no “volver” como vampiro

“El hombre enterrado en vida tenía entre 35 y 40 años. Monedas de bronce que encontramos entre sus dientes muestran el período en el que vivió. Tenía clavado en la parte izquierda de su torso, entre el cuello y el pecho, un arado de hierro”, declaró Ovcharov según publica la agencia local Standart.

Según las convicciones paganas originales que después preservaron los cristianos ortodoxos en los Balcanes durante la Edad Media, además del hierro, podían utilizarse estacas de madera para atravesar el corazón del muerto, cubrirlo con brasas o atar sus extremidades para evitar su conversión en vampiro.

En el anterior descubrimiento –del hombre que tenía un hierro clavado en el corazón- quien lo hallara, el director del Museo Nacional de Historia, Bozhidar Dimitrov, explicó entonces que ese rito se practicaba con personas consideradas malvadas o con quienes se ocupaban de algo que la sociedad no entendía, como por ejemplo investigaciones científicas o médicas.

Entonces se creía que después de morir “esas personas se convertían en vampiros y torturaban y atormentaban a los vivos y se bebían su sangre durante la noche”. Medievalistas búlgaros también consideran que en aquella época la superstición llevaba a pensar que las personas con anomalías físicas eran vampiros

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