Carmelo Flores cumplió 123 años: es el hombre más longevo de la historia oficial

El libro Guinness, reconoce hasta ahora, a la japonesa Misao Okawa de 115 años, como la persona viva de mayor edad, e históricamente a la francesa Jeanne Calment, fallecida en 1997, que alcanzó los 122 años y 164 días.

Flores Laura que vive en la aldea de Frasquia, a unos 4.000 metros por encima del nivel del mar, en un clima seco, ardiente al mediodía y gélido por las noches, se mantiene activo y en pleno uso de sus facultades mentales: toda su vida comió los mismos alimentos naturales, que él mismo cultivaba.

“A veces me duele el estómago, cuando como fideos”

“Estoy andando así nomás, solito, ando con los animales por el cerro. Antes no comía fideos, ni arroz, sólo cebada. Cultivaba papa, habas…. Ahora hay de todo para comer”, comentó Flores a la agencia AP que hizo el viaje para conocerlo. Afirma que de su salud no se preocupa y recuerda que la última vez que lo vio un médico era muy joven. Reconoce no obstante sentir a veces dolor de cabeza y de estómago, “sobre todo cuando como fideos”.

Continúa viviendo en la misma choza de adobe con techo de paja y piso de tierra, a la vieja usanza quechua casi en desuso; solamente bebe agua de la cordillera. Viudo hace más de diez años, se cocina en el fogón con paja brava. “Tenía antes ovejas y comía eso; solo con grasa de cordero cocinaba”, relata recordando que en su juventud gustaba de la carne de zorro, pero actualmente se han extinguido.

Desde hace tres años tiene electricidad y letrina, aunque prefiere hacer sus necesidades en el descampado y está convencido que lo mejor y más moderno es el kerosene.